La carne de cerdo es ampliamente consumida en México y se aprovecha de diversas maneras, siendo la base para la elaboración de productos alimenticios como los embutidos o botanas como el chicharrón. Pero, te has preguntado si, ¿es bueno o no consumir chicharrón de cerdo? Esto es lo que dicen los expertos.
¿Qué es el chicharrón de cerdo y cómo se obtiene?
Seguro lo has consumido en tacos o como botana y se refiere a la piel de cerdo seca, que una vez frita se vuelve crujiente y es muy común saborearla en tacos placeros con ensalada de nopales, en tortas, como la guacamaya o en guisados como en salsa verde o roja.
Para aprovechar esta piel del cerdo primero se retira o “rasura” el pelo y se corta en trozos de diferentes tamaños, se raspa para quitarle los restos de grasa, o bien, se limpia bien para aprovechar la poca carne que tiene.
“Ya limpia la piel, se raya con la punta del cuchillo, es decir, se le hacen pequeñas incisiones sin atravesarla, para que quede toda con un gran cuadriculado. Inmediatamente se sala y se pone a orear de dos a tres días, hasta que se haya deshidratado un poco”, señala Larousse Cocina.
Posteriormente, se procede a enjuagarla con agua para eliminar el exceso de sal y se cocina parcialmente en manteca de cerdo a una temperatura moderada, evitando que se fría completamente.
Luego, se retira de la manteca y se cuelga para que se ventile durante un día adicional. Durante este proceso, la piel se encoge, adquiere un tono café rojizo semi-transparente y se vuelve firme, similar a la textura del plástico; a esta etapa se le conoce como monguis o chicharrón encolado.
Finalmente, se vuelve a freír, esta vez en manteca muy caliente. La piel se estira al freírse y se transforma en el característico chicharrón crujiente y quebradizo. Independientemente del tamaño de la pieza de piel, este último paso requiere apenas unos pocos segundos.
¿Es bueno o no consumir chicharrón de cerdo?
Según la Nutrióloga y creadora de contenido en redes sociales, Angélica Pérez, indica que el chicharrón de cerdo “es fuente de proteínas, lípidos, vitaminas y minerales y, sobre todo, es una excelente fuente de colágeno natural”.
Al adquirir el chicharrón de cerdo, la experta recomienda que sea 100% natural y que esté frito con manteca de cerdo proveniente del animal, asimismo sugiere acompañarlo con una gran cantidad de verdura.
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Por otra parte, un artículo publicado en WebbMD, una corporación estadounidense que publica noticias e información sobre la salud, asegura que el chicharrón de cerdo industrializado (o el que encuentras en la tiendita) por cada porción de 14 gramos de chicharrones se contiene:
80 calorías
9 gramos de proteína
5 gramos de grasa (7% del valor diario)
0 gramos de carbohidratos
0 gramos de fibra
0 gramos de azúcares
270 miligramos de sodio (11% del valor diario)
20 miligramos de colesterol (6% del valor diario)
A diferencia de las papas o los totopos de tortilla, los chicharrones de cerdo con aditivos, carecen de carbohidratos, vitaminas y son ricos en grasas y proteínas, señala la organización.
Debido a su naturaleza como alimento procesado, los chicharrones suelen tener un alto contenido de sodio. Por ejemplo, consumir una bolsa de 2 onzas puede significar ingerir hasta el 50% de la cantidad diaria recomendada de sodio.
El exceso de este en la dieta puede ocasionar retención de líquidos en el torrente sanguíneo, lo que a su vez aumenta el volumen de la sangre y la presión arterial. La hipertensión arterial resultante puede provocar daños en los vasos sanguíneos y órganos, y también puede sobrecargar el corazón al obligarlo a trabajar más para bombear sangre.
Los chicharrones son ricos en grasas saturadas y colesterol, lo que constituye una combinación poco saludable. Este contenido elevado puede incrementar los niveles de lipoproteínas de baja densidad (LDL), comúnmente conocido como el colestero "malo".
Por lo tanto, al consumir chicharrón de cerdo debes estar consciente que puede ser un complemento ocasional de una dieta balanceada, no un alimento que puedas excederte y toma en cuenta comerlo siempre con moderación, que sea 100% natural (libre de aditivos, conservadores y saborizantes artificiales, además, que sean bajos en sodio).
Recuerda que lo publicado en Directo al Paladar México no reemplaza la opinión de un profesional de la salud. Antes de incluir o excluir cualquier alimento de tu dieta, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a tus necesidades específicas.
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