El día de Nochebuena y de Navidad se caracterizan por tener un ambiente festivo donde la comida y las bebidas cobran especial importancia pues es la mesa en la que se reúnen familiares y amigos para celebrar. Es una temporada que a la mayoría encanta, pero que puede representar mucho estrés para los anfitriones, sobre todo cuando es la primera vez que lo son.
No vamos a negarlo: preparar la cena de Navidad puede ser realmente agotador e incluso causarnos ansiedad. Queremos que todo salga perfecto y hacemos hasta lo imposible para asegurarnos de ello. Sin perder de vista que lo importante es el disfrutar el momento con nuestros invitados ¿Cómo hacer la cena navideña sin tanto estrés?
Organización
Este es quizá el consejo más importante de todos cuando se trata de preparar la cena de Navidad. En los días previos es necesario que nos aseguremos de planear nuestro menú y de tener todo lo que necesitaremos. No hablamos únicamente de los ingredientes principales de las recetas, sino también de cosas que pueden ser tan básicas como tener suficiente aceite, mantequilla, sal y pimienta para sazonar, y agua. La idea: evitar aquellas compras de último minuto que tanto nos retrasan.
Trastes y utensilios
Preparar la que quizá es la cena más importante del año requiere que tengamos a nuestra disposición suficientes bandejas para horno, cacerolas, charolas, platos, cucharas, vasos, refractarios y aquellos utensilios especiales que puedan requerir nuestros alimentos. No está de más añadir a nuestra lista un rollo extra de papel aluminio, servilletas y trapos de cocina limpios y desde luego: afilar nuestros cuchillos para que usarlos sea mucho más fácil, rápido y seguro.
Prepara las frutas y verduras la noche anterior
Es común que en Navidad preparemos acompañamientos o platos finales con frutas y verduras. Dependiendo de lo que preparemos será el cuánto podemos adelantar un día anterior. Lo más básico es lavarlas y desinfectarlas. Las papas y las zanahorias, por ejemplo, podemos pelarlas, cortarlas y guardarlas en un recipiente con agua fría.
Además, si tenemos suficiente espacio en el refrigerador podemos precocinarlos, de tal manera que su tiempo de cocción al día siguiente sea menor. En el caso del ponche de frutas, nada nos impide hacerlo un día antes; de hecho, su sabor estará más concentrado al día siguiente.
No dudes en pedir ayuda
Lo más importante de la Navidad es el compartir momentos y experiencias con nuestra familia y amigos. Así que ¿por qué no permitir que tomen parte en los preparativos? Por otro lado no hay que olvidar que nuestros invitados prefieren ayudarnos con pequeñas tareas en lugar de estar parados alrededor viendo como intentamos hacer todo por nosotros mismos.
Cocina solo aquello que ya has hecho antes
Cierto que la Navidad es una cena especial, pero eso no significa que sea el momento de experimentar con nuevas recetas. Para que logremos no estresarnos, no hay nada como cocinar aquello que ya sabemos hacer y nos ha salido bien. Y si realmente tenemos ganas de hacer algo nuevo, hay que darnos el gusto de cocinarlo unos días antes y si nos gusta, repetirlo para Navidad.
Se vale comprar la cena (o parte de ella)
Cuando pensamos en las cenas de Navidad o Año Nuevo se nos viene a la mente un menú completo: una crema y una pasta como entrante; de uno a tres o más platos fuertes entre los que están: el pavo, la pierna, los romeritos con tortitas de camarón, el bacalao, el pozole, los tamales, los mixiotes y un largo etcétera; los acompañamientos como una ensalada, un puré de papas, la ensalada Waldorf, el pan; un pudín, un pastel, una gelatina, o una ensalada de frutas como postre. Sin olvidar el ponche y los aperitivos.
Intentar hacer todo eso uno solo es abrumador, e innecesario. Elijamos hacer lo que para nosotros es más importante, y démonos permiso de comprar algunos otros: los aperitivos, el pan, el postre, la ensalada e incluso el plato fuerte. Si no queremos comprarlos, seguro alguno de nuestros invitados estará encantado de prepararlo por nosotros.
Haz un horario
Cocinar la cena de Navidad o de Año Nuevo significa empezar temprano. Uno de nuestros mejores consejos es hacer una lista de las cosas que tenemos que cocinar y cuánto tiempo tomará cada una de ellas para luego hacer un horario a seguir. Hacerlo nos permitirá optimizar nuestro tiempo y evitar esos cálculos mentales que lo único que hacen es generarnos más estrés.
Limpia conforme usas
Es natural que en esta fecha usemos toda cacerola, bandeja o utensilio que tengamos en nuestra cocina ¡incluso los que habíamos olvidado que teníamos!. Eso puede ocasionar que al terminar nuestra cocina quede hecha un verdadero desastre, con trastes por todos lados.
De allí, que te recomendemos ir lavando trastes, recogiendo y poniendo la basura en su lugar conforme vamos avanzando en la preparación. Después de todo, 5 minutos ahora y otros más después, son mucho mejores que pasar el Día de Navidad lavando trastes y limpiando durante horas y horas.