Seguro has escuchado decir a amigos norteños que las tortillas que encuentran en otra parte de México que no sea su tierra, son malas. Esto, por la sencilla razón de que en el norte la gente está acostumbrada a comerlas de harina, mientras que en el centro y sur suelen ser de maíz.
No es que unas sean mejores que otras. Lo que pasa es que allá las de harina suelen ser especialmente deliciosas y —ahí sí les damos un punto— las de paquete que se encuentran en cualquier otra parte no les llegan ni a los talones.
Lo de las tortillas ha sido, es y será una discusión milenaria. La buena noticia es que mientras continúa el dilema, tú puedes aprender a prepararlas de forma sencilla en casa. Como todo en esta vida, necesitan práctica. Pero la recompensa será grande cuando las sepas hacer y disfrutes de unos burritos norteños que nadie podrá poner a discusión.
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Los ingredientes son muy comunes y quizá hasta los tienes arrumbados en algún rincón de la alacena. Además de eso, sólo ocupas un poco de paciencia y fuerza en los brazos. ¡Manos a la obra!
En un bowl grande (ya sea de metal o cristal) coloca la harina, el polvo de hornear y la sal. Al mismo tiempo, pon a calentar el agua.
Luego agrega la manteca y con tus manos empieza a desbaratarla y a unirla con los otros ingredientes. Seguro se te empezarán a hacer grumos y la preparación tomará una consistencia medio terrosa con el paso de los minutos.
Agrega el agua caliente poco a poco. Es importante que hagas una especie de volcán y viertas el líquido lentamente en el centro. Reserva un poco y mientras tanto ve amasando.
Continúa vaciando el agua caliente, hasta que la masa ya no se pegue en tus manos. Si es necesario poner un poco más de harina, hazlo. Sólo no le pongas demasiada.
Divide la masa en 10 porciones iguales. Coloca cada bolita sobre la mesa y aplástalas levemente con la mano. Es lo que comúnmente se conoce como "testales".
Cubre las bolitas con una mantilla o plástico de cocina durante 15 minutos.
Destápalas y, sobre una superficie ligeramente enharinada, extiéndelas con un rodillo igualmente con harina. Deben quedar delgadas y de un diámetro como de 30 centímetros.
Calienta un sartén y ve colocándolas a una temperatura media o alta. Deja que se cocinen por cada lado medio minuto. Verás que pronto empiezan a salirles burbujas. De preferencia, no las pases dos veces por el mismo lado, para que la cocción sea uniforme.
¡Listo! Has logrado unas tortillas norteñas muy ganadoras. Ahora el dilema es ¿con qué rellenarlas para hacer unos burritos a la altura de tu preparación? Sencillo: puedes ponerles machaca, verduras salteadas, huevos revueltos, aguacate o simplemente frijoles. Con todo sabrán genial.