Cómo germinar los rabos de lechuga en casa, tendrás lechugas muy pronto

Cómo germinar los rabos de lechuga en casa, tendrás lechugas muy pronto
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Nicole Galván

Editor

Periodista freelance. Catadora no oficial de café de olla en jarros y papas en todas sus presentaciones. Fanática de expresar mi love language a través de la comida y del clericot, lectora del true crime, madrina de 6 gatos y amante de cantar mientras cocino. Escribo para Directo al Paladar México.

¡No tires los rabitos de tus lechugas! Desechar lo que no es visiblemente útil es muy común en muchas cocinas, y aunque a veces el ritmo de vida tan acelerado no nos permite esperar a ver germinar con paciencia lo que no es basura, con los rabos de lechuga puedes ver los resultados en menos de una semana.

Una vez que aprendas cómo germinar los rabos de lechuga puedes colocarlas en tu huerto junto con tus hierbas aromáticas, tu maceta de chiles, o el hueso de mango que está creciendo para convertirse en un árbol.

  1. Lo primero que necesitas es una lechuga, ya sea del supermercado, de la verdulería, frondosa, medio desmayada o lo que tengas en el refrigerador.

  2. Deshoja la lechuga sin cortar el rabo, procura ir hoja por hoja para no maltratar el corazón.

  3. Una vez que llegues a las hojas más blanquecinas y tiernas de la lechuga ya puedes enjuagarlo para retirar impurezas como tierra o bichitos.

  4. Coloca el rabo de la lechuga en un frasco o recipiente de plástico. Es más recomendable que sea de cristal para que al tocar la superficie la raíz no se pudra.

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  1. Vierte una taza de agua o hasta que cubra lo de 4 dedos. La cantidad de agua dependerá de la profundidad del frasco o qué tan grande esté la lechuga.

  2. Finalmente deja tu lechuga a la luz de sol indirecta, cambia el agua cuando comience a cambiar de color a uno más rosado o al menos cada tercer día.

  3. Una vez a la semana agrega agua de remojo de lentejas, garbanzos o alguna otra legumbre, al dejar las lentejas en remojo, liberan una hormona vegetal llamada auxina. Esta hormona ayuda a que las células de la planta se alarguen, permitiendo que la planta crezca de manera saludable por lo que va a acelerar el brote de tu lechuga.

  4. De ves en cuando puedes retirar las hojas de la lechuga vieja, de ser necesario.

  5. En tres días verás que tu lechuga ya tiene un brote considerable. En cuestión de tres semanas ya tendrás una lechuga casera, pero si quieres que sea más frondosa como la del supermercado tendrás que esperar al menos un mes.

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