Se nos ha hecho creer que una alternativa saludable a los refrescos azucarados son los refrescos dietéticos. Pero después de muchos estudios, la respuesta no es tan positiva.. Algunos especialistas creen que debemos de reducir la ingesta de todos los edulcorantes, incluidos los edulcorantes sin calorías. Al día de hoy se sabe que los refrescos de dieta no promueven la pérdida de peso, contrario a la creencia popular.
Según algunos estudios, los edulcorantes artificiales confunden la habilidad natural del cuerpo para distinguir las calorías que se encuentran en los alimentos y bebidas dulces. Las personas que consumen muchos endulzantes artificiales tienden a comer en exceso, y tienen el doble de probabilidades de desarrollar síndrome metabólico. Veamos lo que dicen algunos estudios.
En un estudio donde se realizó una encuesta a 263,925 adultos, se encontró que el consumo de bebidas azucaradas, especialmente refrescos de dieta, presentaba una mayor probabilidad de ser diagnosticado con depresión. El consumo de refrescos reflejo un 30 por ciento mayor probabilidad de depresión; el consumo de refrescos de dieta tuvo una probabilidad adicional del 22 por ciento. Por el contrario, el consumo regular de café se asoció con un 10 por ciento menos probabilidad de depresión.
Se ha visto que beber dos o más refrescos de dieta al día puede reducir en un 30 por ciento la función renal. Esta disminución se mantuvo incluso después de tener en cuenta factores como la edad, la presión arterial alta, la diabetes y la actividad física. De la misma forma, una mayor ingesta de sal también se asocia con una disminución más rápida de la función renal.
Muchas personas consumen refrescos de dieta con la idea de reducir su riesgo de diabetes, sin embargo beber refrescos de dieta está asociado con un riesgo 36 por ciento mayor de presentar síndrome metabólico, y un 67 por ciento más riesgo de presentar diabetes tipo 2 en comparación con los consumidores de refrescos no dietéticos. Se piensa que los edulcorantes artificiales distorsionan la conexión intestino-cerebro. Además se ha observado que el consumo de edulcorantes sin calorías, sacarina, aspartame y sucralosa, cambian la microbiota intestinal creando una mayor predisposición a la intolerancia a la glucosa.
El aspartame, un edulcorante artificial de uso común en los refrescos de dieta, parece que interrumpe el funcionamiento del sistema antioxidante de defensa del cerebro. Según los resultados de un estudio en ratones, el consumo prologando de aspartame conduce a un desequilibrio en el estado antioxidante/pro-oxidante del cerebro, principalmente a través del sistema dependiente de glutatión.
Los refrescos de dieta no tienen ningún tipo de aporte nutricional, así que no son considerados las mejores bebidas hidratantes. Lo mejor es alejarnos de este tipo de productos y buscar soluciones nutritivas y sin tantos efectos negativos.
Imágenes | John Ashley | Sean | m01229 |
En Vitónica México | La historia “saludable” de los refrescos En Vitónica México | El extraño ingrediente que en sus inicios contenía el 7-UP