Tengo que reconocer que ignoro el motivo del nombre de estas galletitas de mantequilla y limón que hoy les comparto, en casa siempre les hemos llamado muselinas. Un nombre que me hace pensar en lo delicado de su sabor y su textura que estoy segura les va gustar.
Para prepararlas necesitamos ingredientes que todos tenemos en casa: un poco de harina, de mantequilla, huevo, sal y azúcar. La masa hay que hacerla a mano, pero toma forma realmente rápido y en unos cuantos minutos la tendremos lista para cortarla y meterla al horno.
Cómo hacer muselinas
Para preparar las muselinas lo primero que haremos será cernir dos veces la harina y la colocaremos sobre una base plana formando un volcán. En seguida, en un tazón batiremos el azúcar con la yema, y una vez que esté bien mezclado lo colocaremos en el centro del volcán de harina, junto con la mantequilla. la pizca de sal y la ralladura de limón.
Mezclaremos de adentro hacia afuera para integrar los ingredientes, y trabajeremos la masa resultante hasta obtener una pasta suave. A continuación, con ayuda de un rodillo aplanaremos la masa hasta que tenga medio centímetro de grosor, cortaremos con ayuda de un cortador de galletas redondo y pequeño.
Colocaremos las pastitas en una bandeja cubierta de papel para horno, barnizaremos con el huevo batido y llevaremos al horno precalentado a 180º C durante 15 a 17 minutos, hasta que las muselinas estén doradas en la superficie. Retiraremos del horno y dejaremos enfriar sobre una rejilla.
Cómo acompañar las galletas muselinas
Las muselinas son unas galletitas con un estupendo sabor y una textura porosa, que nos recordará a los polvorones. Son ideales para acompañar el café de la mañana, pero mucho mejor si las servimos con una taza de té y las acompañamos con una buena conversación con los amigos.