El plátano macho con leche condensada siempre nos recuerda a dos elementos tradicionales de México: al señor de los camotes y plátanos que pasaba con su silbato anunciándose, y a las ferias locales en las que preparaban fresas con crema, plátanos y crepas. ¡Qué recuerdos aquellos! Ya no los extrañes más, es muy fácil prepararlos y no necesitas más de cinco ingredientes para esta receta.
No nos engañemos, este postrecito es irresistible para cualquiera y siempre que tenemos oportunidad queremos correr tras el señor de los camotes con el particular sonido del silbato, que aunque nos aturde no puede alejarnos del aroma de sus productos. Y por si no lo alcanzaste o cuando llegaste ya no tenía platanitos, te dejamos las instrucciones de este sencillo manjar y algunos beneficios del plátano macho para animarte a prepararlos.
Los plátanos machos son increíblemente populares en la gastronomía latinoamericana. Son ingredientes que se usan como guarniciones dulces o saladas, pero también los incluyen como estrella principal de una receta. De acuerdo con la dietista clínica Isabella Ferrari, del Parkland Memorial Hospital en Dallas, Texas, los plátanos machos son poseedores de vitaminas, minerales y fibra que lo vuelven adecuado para el consumo moderado diario. También advierte que:
Son una fuente de magnesio, potasio, vitamina A y vitamina K.
Pueden brindar vitamina C y B, la tiamina y la riboflavina.
Media taza de plátanos machos tiene aproximadamente 2 gramos de fibra.
Los agentes antioxidantes de su vitamina C y del potasio favorecen la buena salud cardiovascular, llegando incluso a retrasar enfermedades cardíacas en un 30%.
De acuerdo con el texto Physical and biochemical properties of green banana flour. Plant Foods for Human Nutrition, el plátano aporta el 23% de potasio que se necesita al día.
Vayamos por tu dotación de potasio diaria con esta receta.
Vamos a iniciar pelando tus plátanos machos. Si tienen la cáscara un poco obscura, no los deseches, nos servirán perfecto.
Pica tus plátanos en círculos pero en forma diagonal. Deben tener un grosor de dos a tres centímetros.
Lleva un sartén al fuego alto y cuando esté bien caliente ya puedes rociar aceite en aerosol en cantidad suficiente. Si no tienes aceite en aerosol puedes usar líquido, solo asegúrate que esté bien caliente para que no absorba tanta grasa.
Agrega los plátanos fileteados al sartén con aceite y déjalos cocinar 3 minutos por cada lado.
Cuando veas que están adquiriendo un dorado suave, espolvorea un poco de canela en polvo por ambos lados. Luego dales la vuelta para que queden bien fritos.
Retira del aceite y ponlos en una servilleta absorbente de ser necesario.
Llévalos a un plato y vierte sobre ellos la leche condensada , agrega un poco de nuez pecana troceada y listo. Ya no volveremos a correr tras el señor de los plátanos y camotes.
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