Si tienes un árbol de manzanas y ya no sabes cómo aprovecharlas, guarda o imprime esta receta de mermelada de manzana y canela para untar en pan tostado y bisquets: lleva poquita azúcar y sabe a otoño.
Se sabe que los otoños son las temporadas favoritas para comenzar con las recetas de horno, platillos reconfortantes y los ingredientes más deliciosos y coloridos que podemos utilizar como las manzanas. ¡Aquí nos encanta el otoño!
Con qué sustituir el azúcar en tu mermerada
En gustos se rompen géneros y en sabores también. Hay personas que les gustan las mermeladas dulces y a otros no tanto, prefieren sabores más aciditos y frutales. Para cualquiera de los casos la clave está en medir en nivel de endulzante que se agrega y el tipo, porque eso sí, no es lo mismo una cucharada de azúcar de caña a una cucharada de edulcorante.
Como sustitutos del azúcar (por si se te acabó o prefieres otra cosa) puedes incorporar:
Piloncillo tapón o piloncillo de tamaño regular
Miel de abeja, de agave o de cualquier otra opción como jarabe de Maple.
Dátiles, al contener una buena cantidad de azúcar natural y esa consistencia pegajosa, le dará un muy buen toque a la mermelada.
Una de mis opciones favoritas para seguir incorporando sabores naturales es utilizar hojas de stevia, porque sí, no solo es un edulcorante sino que también una planta con hojas dulces.
Edulcorante de tu preferencia.
En qué utilizar tu mermelada de manzana con canela
Los panes tostados siempre son un buen acompañamiento para cualquier ingrediente untable.
El pan que nunca falla es el pan blanco, es decir los bolillos y teleras que hacen juego casi con todo.
Pocas personas utilizan la mermelada para hacer panqués y quedan espectaculares. Este pan es de mermelada de piña, pero bien puedes sustituirlo por esta mermelada de manzana.
También puedes hacer unas galletas de mantequilla con relleno de mermelada en el centro.
Lava las manzanas con agua y un poco de jabón, enjuaga con agua caliente o tibia para poder retirar la cera que la recubre.
Descorazona las manzanas, pela y partélas en pedazos medianos. Lleva a hervir con media taza de agua, los dátiles y la raja de canela. Coloca la tapa y reduce el fuego para que se cocine un poco al vapor con sus propios jugos.
Poco a poco puedes ir agregando el jugo de la naranja en caso de ser necesario para ir hidratando. Una vez que estén bien suaves las manzanas puedes retirar la raja de canela y comenzar a machacar.
Mueve constantemente para evitar que se queme, agrega poco a poco la canela de Saigón que le va a dar toda la diferencia de sabor.
Ten paciencia para que se reduzca y adquiera la consistencia untable. No dejes de machacar y mover constantemente por al menos 15 o 20 minutos. Retira del fuego y deja reposar para poder almacenar.
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