Las roscas de Día de Reyes es una de las joyas de la corona para cerrar las fiestas decembrinas y los propósitos de inicio de año. A lo largo de nuestra vida siempre apreciamos unas partes de la rosca más que las otras, y aunque el ate era el menos favorito de los pequeños, hoy en día sabemos que es de los postres más deliciosos que quedan bien casi con cualquier cosa. Hoy te compartimos cómo preparar ate de membrillo casero para la rosca de Día de Reyes.
El ate o dulce de membrillo es uno de los clásicos postres que se comían en la casa de la abuela y en las roscas de reyes. Aunque de pequeños era común no tomarle tanto gusto a este postrecillo, conforme pasan los años siempre podemos darle más oportunidades a los ingredientes con nuevas recetas. Si ya eres fanático del membrillo o quisieras probarlo para darle otra oportunidad; esta receta es para ti.
¿Qué es el ate de membrillo y de qué está hecho?
Si no conoces el membrillo te lo presentamos. No es la barrita que se le pone a la rosca (sí, pero no) a esa se le conoce como ate que puede ser o no de membrillo, es decir, el ate es una pasta con la pulpa de alguna fruta. Mientras que el membrillo es poco conocido por su nombre científico como Cydonia oblonga o llamado membrillero.
Según el texto, Phylogeny and classification of Rosaceae, el membrillo es un árbol frutal que viene de la familia del manzano y el peral. Su fruta es una fusión entre estos, pero de color amarillo-dorado. A la izquierda está la fruta y a la derecha el ate de membrillo.
Empezaremos por colocar los membrillos en una olla e incorporar agua hasta cubrirlos. Cuece a fuego medio durante 2 horas o hasta que se ablanden y su pulpa se oscurezca.
Una vez que estén listos, vamos a dejar enfríar un poco para moler los membrillos en un procesador de alimentos o en la licuadora con un poco del agua de cocción hasta obtener un puré espeso de consistencia homogénea.
Cuando tengas la mezcla lista, pesa el puré de membrillo, y por cada kilogramo de puré pesa 750 g de azúcar.
Coloca el azúcar en una cacerola grande y calienta hasta obtener un caramelo suave - la temperatura ideal será de 145 °C-, añade cuidadosamente la pulpa de membrillo, el jugo de limón y mezcla hasta incorporar.
Cuece nuevamente la mezcla y mueve constantemente para evitar que se queme o pegue al fondo, hasta que al pasar una cuchara por el fondo del cazo este quede visible.
Retira del fuego y deja que la mezcla alcance la temperatura ambiente antes de verterla en un refractario de vidrio.
Después de incorporarla al refractario, cúbrelo con plástico y refrigera durante un día. Desmolda y conserva en refrigeración para disfrutarlo en tu rosca de reyes o con una tabla de quesos.
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