Las tortillas de maíz son un elemento fundamental en la dieta de los mexicanos, ya que no solo acompañan deliciosos guisados convirtiéndolos en tacos, sino que también pueden transformarse en quesadillas, totopos, chilaquiles y una infinidad de otras delicias. Si ves esto en las tortillas es señal de que no deberías comerlas.
Este alimento al que los mexicas denominaban como tlaxcalli, surge gracias a la nixtamalización (del náhuatl "nixtli", cenizas, y "tamalli", masa), un método ancestral en el que los granos secos de maíz se cuecen en una solución alcalina compuesta de agua y cal alimentaria (hidróxido de calcio), según señala el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).
Cómo identificar que una tortilla está echada a perder
Las tortillas pueden echarse a perder si no se almacenan y manipulan de la forma adecuada, así que, si buscas evitar molestias estomacales, a continuación, te compartimos algunos consejos clave para identificarlas y evitar su consumo:
- 1. Observa su aspecto:
Revisa el color de las tortillas, ya que frescas deben tener un color uniforme amarillo, pero si estas ya presentan manchas oscuras, verdosas o rosadas, es señal de que están mohosas y no deben consumirse.
Si notas que la superficie de las tortillas tiene arrugas, protuberancias o áreas blandas, es señal de que están empezando a echarse a perder, debido a que las que están frescas deben estar lisas y uniformes.
- 2. Huele las tortillas:
Aquellas tortillas frescas tienen un aroma a maíz, aunque si las tortillas desprenden un olor agrio, ácido, a rancio o a humedad serán señales de que están en mal estado y no deben consumirse. Deséchalas de inmediato.
- 3. Revisa la fecha de caducidad:
Las tortillas empaquetadas suelen tener una fecha de caducidad impresa en el envase. No consumas tortillas que hayan pasado la fecha de caducidad y si las compras en una tortillería, lo mejor será consumirlas ese mismo día o hasta 3 días después de haberlas adquirido.
Cómo almacenar tortillas correctamente para que duren mucho tiempo
- Si compraste las tortillas en tortillería, lo mejor será retirar el papel con el que te las entregan, de esta forma no acumularán humedad y evitarán la formación de hongos.
- Para evitar que las tortillas se peguen entre sí, puedes colocar una hoja de papel absorbente o una servilleta de papel entre cada capa.
- Guarda las tortillas en un lugar fresco, seco y oscuro, un recipiente hermético o una bolsa de plástico resellable son buenas opciones.
- Evita colocarlas cerca de fuentes de calor como estufas, hornos o radiadores, ya que el calor excesivo puede acelerar su deterioro.
- No refrigeres las tortillas de maíz, ya que esto puede endurecerlas. Si necesitas refrigerarlas, hazlo por un tiempo corto y caliéntalas antes de consumirlas.
- No congeles las tortillas de maíz, ya que esto afecta su textura y sabor.
- Revisa las tortillas cada día para detectar cualquier signo de deterioro, como moho, manchas o cambios de olor.
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