Una de las recetas españolas más famosas en el mundo. Sin duda, también una de las más deliciosas. Su nombre hace referencia al nombre con el que en España suele llamarse a los frijoles blancos especiales que se usan en la receta: los fabes.
La fabada no necesita de ingredientes traídos del otro mundo. Acá los puedes encontrar sin problema y la preparación es muy sencilla. Además tiene la gran ventaja de que, por la naturaleza de los mismos, es una gran fuente de calor.
¡Manos a la obra!
Lo primero que debes hacer es limpiar perfectamente los frijoles blancos. Lávalos y escúrrelos.
Déjalos remojando toda la noche.
Al día siguiente cuécelos en agua fría y con sal. De tanto en tanto revísalos y retira con una cuchara toda la espuma que se forme en la superficie.
Agrega el chorizo, la panceta y la morcilla.
Pon el fuego a su máxima intensidad y, cuando empiece a hacer borbotones, vacía en la cacerola un vaso de agua fría. Eso servirá para cortar la cocción y que tus frijoles no se deshagan, sino que conserven su consistencia, no revienten y al mismo tiempo se cuezan mejor.
Deja cocinar en la estufa por dos horas o dos horas y media. También puedes hacerlo en una olla a presión y darles 15 minutos.
Listo. Solo deberás dejarlas enfriar y ya podrás servirlas en cuencos, de preferencias hondos.