El laurel es una de esas hierbas aromáticas que desechamos tras la cocción, por lo que muchos tienden a pensar que se trata de un ingrediente opcional y que no es necesario su uso; sin embargo, las hojas de laurel aportan un sutil sabor nuestros alimentos que puede marca la diferencia entre un gran platillo y uno medianamente bueno.
Es bien cierto que el laurel tiene un sabor poco fuerte si lo comparamos con muchas otras hierbas aromáticas y especias, como también es cierto que su ligero sabor dulce resalta los sabores de la carne de res, del pollo e incluso de las verduras.
¿Laurel fresco o seco?
Aunque no es muy común encontrar el laurel fresco, siempre es necesario tener en cuenta que su sabor a eucalipto es mucho más potente cuando está fresco que cuando las hojas están secas. Así, el laurel fresco va mucho mejor cuando se usa en postres, aportando un toque de frescura.
También, es necesario recordar que el laurel crece en climas soleados muy secos, al igual que el orégano o el romero, por lo que retienen mejor su sabor después de que se secan, al contrario de lo que sucede con otras hierbas como el cilantro, el perejil o la albahaca.
Si su sabor es tan bueno ¿por qué se desechan después de la cocción?
Por poco creíble que me parezca, hay algunas personas que afirman que la hoja de laurel es venenosa y que por eso no se come ¿de ser así, al hervir el veneno no pasaría a nuestra comida? Vamos, que para mí es una afirmación poco razonable.
Personalmente, creo que la razón por la que la desechamos después de la cocción es por su textura, pues no se suaviza demasiado, resultando poco agradable al masticar.
¿Cómo almacenar el laurel?
La conservación de las propiedades de aroma y sabor de las especias y hierbas aromáticas depende mucho de cómo los almacenamos, de modo que se recomienda usarlas en un periodo no mayor a un año para así sacarles el mayor provecho.
Debemos procurar, guardarlas en un frasco de cristal cerrado herméticamente, y si deseamos conservarlas por muchos años, lo mejor será guardarlas en el congelador.
¿Cómo usarlo?
En la Edad Media, las hojas de laurel eran usadas como medicina y como insecticida, pero también en la cocina, donde eran utilizadas para preparar asados de carne, sopas, caldos y salsas; tal como lo seguimos haciendo en pleno siglo XXI.
Quizá, menos común es su uso para darle sabor a un buen plato de frijoles, y quedan especialmente bien con las lentejas. Muy recomendable también, usarla cuando nuestros platillos piden clavos de olor pues el laurel ayuda a equilibrar y a resaltar el sabor de esta especia.
Si queremos usar laurel en platos dulces, va muy bien en flanes y helados, mismos que realzan en mucho el sabor y aroma del laurel, permitiéndonos degustarla de una mejor manera, pues sus propiedades no se ven opacadas por las de otros ingredientes.
Además, es importante saber que las hojas de laurel debemos tratarlas como si de una especia se tratara, considerando que las especias son más armónicas que las hierbas aromáticas y pueden combinarse más fácilmente. Recordemos, que las hojas de laurel logran que un plato sea más complejo e interesante; quizá, no sea la más importante, pero asegura convertirlo en una fiesta de sabor.
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