¡Temporada de mamey! A nosotros nos encanta y aprovechamos la dulzura que le rodea a esta fruta exótica orgullosamente mexicana. Si ustedes también disfrutan del mamey, preparen este cremoso pay de queso y mamey sin horno para disfrutar frío.
Para sorpresa de muchos, el mamey es pertenece a la familia del zapote (que a pocos suele agradar), esta fruta mexicana destaca sobre muchas otras por ser increíblemente coloridas y con una textura indescriptible, además de ser nutritiva.
¿Cómo elegir un buen mamey?
Con las yemas de los dedos rectifica que esté firme, pero lo suficientemente blando para saber que está maduro.
La piel debe de tener un tono café claro, sin estar mayugado, mientras que el color de la pulpa debe ser entre naranja y rojo.
¿A qué sabe el mamey?
El sabor del mamey depende de la variedad que se pruebe, aunque en generalidad su sabor se compara a una combinación de níspero, papa camote con un toque de almendras y chocolate. Se dice que el mamey zapote (el tono salmón) sabe más a níspero con almendras y chocolate, mientras que el mamey Cartagena (el de pulpa naranja o amarilla) tiene un sabor a durazno.
El mamey o zapote mamey es una fruta ovalada con forma de semilla, tiene cáscara delgada con textura áspera, su pulpa es de color salmón y el sabor es dulce; mide de 8 a 20 cm y a su semilla se le llamada pixtle.
Pulveriza las galletas María para hacer la base del pay. Una vez listas viertelas en un molde para pay desmontable y agrega la mantequila para empezar a hacer la costa compacta. Refrigera por 20 minutos.
Licúa la pulpa de mamey con los demás ingredientes hasta formar una mezcla homogénea; una vez lista agrega al molde refrigerado previamente y vuelve a congelar por 7 horas para que se congele. Puedes tapar la superficie con papel film.
¡Desmoloda después del tiempo de reposo y listo!
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