Su nombre es Kisín, que en maya significa “diablo”, y se trata de un fruto de color rojo cuando está maduro y verde tenue, cuando es tierno. Cada uno tiene un peso de 13.81 gramos, posee de tres a cuatro secciones y se encuentra rankeado alto en la escala Scoville de picor. Mientras que un jalapeño promedio tiene entre 2 mil 500 y 8 mil 000 puntos, el yucateco sobrepasa los 670 mi 325.
El hecho de que este chile sea tan picante lo vuelve casi incomible para uso doméstico. Por lo tanto, su uso se delimitará a la industria farmacéutica y la exportación. Cabe señalar en los chiles mexicanos cuentan con una amplia aceptación en el extranjero y el Kisín podría ser una gran alternativa para producir concentrados comestibles.
La patente de este producto yucateco la obtuvo el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) y quienes estuvieron a cargo de la investigación y experimentación previa sobre el chile fueron las expertas en Bioquímica y Biología Molecular de Plantas Nancy Santana Buzzy, Adriana Canto Flick y Susana Alejandra Avilés Viña.
En Yucatán se cultivan cerca de mil 500 toneladas anuales de chiles habaneros y, aunque también se produce en estados como Baja California Sur, San Luis Potosí, Sonora y Tabasco, con Yucatán, Quintana Roo y Campeche quienes poseen la Denominación de Origen del producto, desde 2010.
Este ingrediente característico de la gastronomía nacional tiene propiedades antioxidantes, anticancerígenas y también funciona como agente inflamatorio. De igual manera es fuente de carotenoides ricos en compuestos que son benéficos una buena función ocular.
