Jeong Kwan, una monja budista surcoreana que ha aprovechado la fama que le dió el capítulo de Chef's table transmitido por Netflix para trasmitir su filosofía e intentar enseñarle a la gente que se puede salvar el planeta a través de la comida.
"Los alimentos deben ser lo más naturales y sostenibles posible, sin energía de sobra", Jeong Kwan, cocinera budista.
La monja Jeong Kwan comenta no considerarse una chef profesional, ella cocina conforme su filosofía: entender la vinculación de todo lo que existe en la naturaleza; convertida en un referente culinario internacional, se hizo conocida tras su aparición en la serie documental Chef’s Table de Netflix, y a pesar de no tener un restaurante y dedicarse a cultivar y cocinar para los ascetas del templo de Baegyangsa, en el extremo sur de la península coreana, a 4 horas de la capital Seúl, chefs internacionales y turistas gastronómicos han llegado hasta su templo en busca de una experiencia gastronómica fuera de lo común.
Kwan apareció en el primer capítulo de la tercera temporada de Chef’s Table, estrenado en 2017, gracias a este el crítico culinario de The New York Times, Jeff Gordinier, sorprendido de su sencillez y dedicación escribió un artículo titulado La chef filósofa en el que admite admite que cuando le invitaron a probar la comida de la religiosa imaginaba tazones de arroz y batata mal cocinada y solo asistió por insistencia del chef francés Éric Ripert, dueño del restaurante de Manhattan donde se realizó aquel capítulo.
Compartiendo su filosofía
Invitada por el Festival Veranos de la Villa, en Madrid, España y con Corea del Sur como país invitado como parte de la celebración del décimo aniversario del Centro Cultural de Corea, Kwan estará cocinando ante profesionales, aficionados y periodistas, platos budistas como arroz envuelto en hoja de loto, kimchi depurativo de verduras y setas shiitake estofadas con sirope de malta, con los que, como ella lo comenta, convenció a su padre de que no era necesario comer carne.
"Me comunico con la gente a través de la comida, no busco la fama, pero me he animado a salir más hacia el mundo con la misión de demostrar que podemos salvar el planeta a través de la comida; para eso es muy importante respetar la naturaleza y tener un pensamiento de no violencia", Jeong Kwan.
Además la surcoreana ha sido escogida por el prestigioso Culinary Institute of America como una de las 50 representantes mundiales del movimiento Plant-forward, que reivindica el mundo vegetal frente a la proteína animal, imparte los fundamentos en diversos foros.
"En una facultad que fui a dar una clase vi un cubo lleno de restos de alimentos; cociné con todo ello porque en la cocina budista no puedes desperdiciar nada, hay que aprovechar toda la energía de los seres vegetales", Kwan.
La cocina de Jeong Kwan
Kwan cuenta que la comida en el templo es un puente que une la energía física y espiritual y no es una parte de la vida, sino de la meditación; es por eso hay ingredientes que están prohibidos, como algunas verduras coreanas, el puerro o el ajo, también comenta que ella piensa que meditar y cocinar son actividades similares y se desarrollan en un tiempo: aquí y ahora.
"Los seres humanos somos capaces de crear una comida nueva con valor añadido a partir de ingredientes de la naturaleza, pero esa creatividad tiene que estar libre de avaricia para que sea valiosa. Por eso es importante reflexionar y conocer el ciclo de vida de vegetales y frutas para comerlos en su momento óptimo", comenta la cocinera.
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Como buena surcoreana, defiende sus salsas con años de maduración para hacer que su cocina vegana fermente, mantenga las propiedades de la estación y aporte una nueva energía gracias al proceso.
Fotos | Youtube |
Fuentes | Agencia EFE | NY Times |