El problema de la acumulación de sargazo en costas del Caribe y sur de México ha sido de proporciones inusitadas este 2019. La presencia de esta alga impacta negativamente en los volúmenes de pesca, así como en el turismo. En muchas playas la situación es tan crítica, que pescadores y comerciantes han perdido sus trabajos, y varias especies acuáticas también están en riesgo.
Todos ven en el sargazo un problema desproporcionado que ya rebasó a todos. No obstante, un grupo de científicos han encontrado la manera de utilizarlo para beneficio del ambiente: convirtiéndolo en biocombustible.
Los responsables de esta gran idea, que pretende aprovechar las decenas de toneladas de sargazo que llegan a playas mexicanas todos los días, son científicos de la Unidad de Energía Renovable del Centro de Investigación Científica del estado de Yucatán (CICY) y estudiantes del Tecnológico Superior de Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo.
En realidad se trata de dos proyectos un poco distintos, pero que persiguen el mismo objetivo. El de Yucatán busca producir metano a partir de la descomposición acelerada de la alga, luego de ponerla en contacto con bacterias. El de Quintana Roo, a su vez, consigue biodiesel de origen vegetal que funciona como reemplazo del gaséoleo fósil. Pero además del combustible, que incluso podría mover vehículos, su proceso permite conseguir glicerina para jabones, cremas y champú.
Una de las ventajas es que este combustible vegetal elimina en un 100% las emisiones de CO2, así como la producción de hollín entre un 40% y un 60%. También reduce la propagación de monóxido de carbono.
Aunque ambos proyectos están en fase de prueba, ya han dado buenos resultados y quizá muy pronto nos enteramos que ya están haciendo maravillas con esta alga que muchos satanizan, pero que quizá pudiera ser una alternativa para ayudar a conservar el planeta.
Fuente: Agencia EFE.
