¿Eres de las personas que suelen irse a dormir con una leve (o completa) sensación de que debiste comer algo para poder descansar bien? Quizá te hayan dicho que eso es bueno para bajar de peso, pero no es así. Hasta puede ser todo lo contrario.
Hoy te hablaremos un poco acerca de qué es exactamente lo que ocurre en tu organismo cuando lo privas de comida antes de cerrar los ojos en la noche, así como algunas recomendaciones para que tengas mejores prácticas alimenticias y puedas relajarte y despertar con mucha alegría a la mañana siguiente. Pon mucha atención.
¿Cuáles son los riesgos de ayunar antes de dormir?
El principal de ellos, que te pase factura “el efecto rebote”. Esto significa que una vez que concilies el sueño (que por cierto eso va a costarte, porque con hambre uno siempre tiene la tentación de pararse a comer lo que sea) y despiertes al día siguiente, morirás de antojo de todo y comerás mucho más de lo que deberías.
Otra cosa que les pasa a muchos es que no se aguantan a que salga un nuevo sol, sino que duermen ligeramente un rato y a medianoche asaltan el refrigerador. En este tipo de episodios es bastante común que se prefiera comer algo grasoso, que saludable y ligerito. Aguas.
También toma en cuenta lo siguiente: esta falta de alimentos puede empezar a generarte problemas de sueño. No descansar bien no sólo es incómodo y te predispone a tener un terrible día siguiente, sino que está comprobado que baja tus defensas, reduce tu función cognitiva, baja el efecto de las vacunas que pudieras ponerte, aumenta los riesgos de enfermedades del corazón, así como el de diabetes tipo 2 y obesidad.
Algo muy interesante que ocurre en el organismo es que, como éste detecta que no hay comida que procesar en el estómago (pero aún así necesita combustible), lo que hace es tomar insumos de donde puede. Y esos insumos muchas veces son tus músculos. Es como si deshiciera una parte de ellos para darte la energía que se necesita para respirar, tener activo el corazón y los demás órganos vitales.
¿Qué hacer al respecto?
Lo más recomendable es que te vayas al punto medio. Ni te prives de cenar, ni lo hagas copiosamente (porque si comes mucho tampoco dormirás bien y tendrás un metabolismo lentísimo). La opción es comer algo ligero, sin carbohidratos de larga liberación, con pocas grasas y muchos vegetales.
Otra cosa muy importante es la hora en que lo haces. Si te decides por una tostada de aguacate, o una ensalada de berros con aceite de oliva, lo mejor es que comas entre una hora y media y dos antes de irte a la cama. Así le darás a tu cuerpo tiempo de que metabolice y sintetice esa deliciosa cena.
Ahora ya lo sabes. Nada de abstenerse de comida antes de dormir, ni pasarse tampoco con ella. Tu cuerpo merece descansar y lo mejor es que lo hagas de forma sana y equilibrada.
Fuentes: Mejor con salud | BBC