Después de 120 años de crecimiento, un bambú japonés acaba de florecer y podría ser un grave problema

Después de 120 años de crecimiento, un bambú japonés acaba de florecer y podría ser un grave problema
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Nicole Galván

Editor

Periodista freelance. Catadora no oficial de café de olla en jarros y papas en todas sus presentaciones. Fanática de expresar mi love language a través de la comida y del clericot, lectora del true crime, madrina de 6 gatos y amante de cantar mientras cocino. Escribo para Directo al Paladar México.

Después de 120 años de crecimiento, un bambú japonés acaba de florecer y podría ser un grave problema. En Japón, una especie de bambú ha despertado la preocupación de los científicos, esto se debe a que comenzó su ciclo de floración antes de tiempo y podría significar malas noticias.

¿Por qué la floración de un bambú japonés antiguo está alarmando a todo el mundo? Básicamente esto podría provocar que las plantas mueran sin que haya comenzado a crecer la nueva generación, dejando así desprotegida a la fauna por varios años. Aquí te explicamos más a detalle.

Un bambú japonés acaba de florecer y podría ser un grave problema

Se trata de la variante henonis de la especie Phyllostachys nigra, una variedad de bambú negro que florece una sola vez en su existencia, pero necesita 120 años para madurar y florecer. Una vez que florecen una vez en la vida dan el siguiente paso en su proceso reproductivo.

La última floración masiva de esta especie ocurrió entre 1903 y 1912, con lo que se estima que para 2028 comience el siguiente periodo de floración. El problema radica en que la floración correspondiente fue registrada en 2020, cuando un grupo de investigadores de la Universidad de Hiroshima tomó registro de una población “desacompasada” y que se adelantó bastante con respecto al resto.

Los bambús florecieron sin dejar descendencia; ahí el peligro

Ahí los expertos tuvieron la oportunidad de analizar las flores, semillas, y proceso de muerte de estos grupos de bambú adelantados. Encontraron en las flores que brotaron en estos grupos adelantados de bambú azul sí contenían semillas, pero estas no tenían la capacidad de germinar, lo que causó preocupación sobre cómo se recuperará la población de bambú una vez que las plantas comiencen a morir.

Los investigadores descubrieron que, aunque el 80% de las plantas de la población analizada florecieron y siguieron su ciclo aparentemente con normalidad, ninguna de ellas producía semillas viables para poder germinar. Esto hizo que los investigadores pensaran que tal vez esta especie no dependa tanto de la reproducción sexual para su curioso ciclo de vida.

“El bambú no produce semillas viables que puedan germinar”, explicó Toshihiro Yamada, miembro del grupo de investigación responsable del estudio, en un comunicado de prensa. “No hubo señal de regeneración de este bambú después de que floreciera durante los primeros tres años”.

¿El bambú se extinguirá en Japón?

Bamboo Japan Kyoto Green Preview

Los detalles de su estudio se publicaron recientemente en un artículo en la revista PLOS ONE. Las implicaciones de esto son inciertas. La extensión del bambú en Japón llega a 170 mil hectáreas, recuerdan los investigadores, así que el "fin" del bambú no es tan inminente porque aún hay una buena extensión que sí puede dejar descendencia.

Aunque la variante de bambú negro representa solo una fracción de esta área, los especialistas creen que el impacto ecológico de la próxima floración podría ser importante. La razón radica en el largo y prolongado periodo entre la muerte de una generación y la llegada de la otra, un periodo que, como confirmaron, puede extenderse por más de tres años, eso si es que llega a haber otra generación. Tres años en los que numerosas florestas de bambú se transforman en praderas descubiertas.

Posibles impactos de esta floración precipitada

La escasez de bambú puede representar problemas como los siguientes:

  • Una gran desprotección de los animales que se resguardan estos bosques

  • Los bambúes ayudan a proteger el suelo, evitando así algunas de las peores consecuencias de las inundaciones.

“Podríamos tener que gestionar este cambio drástico después de la próxima floración”, añadió Yamada, indicando que la próxima gran floración en 2028 podría traer impactos tan grandes que tal vez necesiten ser gestionados directamente.

Los desafíos ecológicos de esta familia de plantas pueden, por lo tanto, no ser exclusivos de una sola variante. Serán necesarias generaciones y generaciones de estudios para comprender mejor las características evolutivas de estas plantas únicas.

Una de las repercusiones claves es que esto es una llamada de la naturaleza para no dejar desprotegidas a ciertas especies en declive, es una carrera contra el tiempo para aprovechar cualquier oportunidad de estudio, de tratamiento, reproducción y producción.

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