Así es la comida de ensueño que Google sirve a sus trabajadores

Así es la comida de ensueño que Google sirve a sus trabajadores
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Google se toma demasiado en serio la comida que le da a sus empleados. En las mil 300 micrococinas de sus 70 oficinas en todo el mundo busca siempre tener opciones gourmet y balanceadas, para que el rendimiento y la felicidad (un concepto con el que también comulgan todos los días) de sus trabajadores siempre esté a tope.

Todo esto es tan en serio, que la empresa de Silicon Valley tiene un enorme departamento exclusivo de comida. Se llama Google Food y a la cabeza está el chef Matt Colgan, quien trabaja de la mano con un equipo conformado por “arquitectos de menú”, gerentes de bienestar y especialistas en nutrición, a quien el trabajo del diseñador de interiores Sergey Brin beneficia con una planeación de espacios que permite a los trabajadores siempre estar a 60 metros de la comida.

Detrás de los menús, que van a la vanguardia de los ingredientes de temporada en cada región, hay mucha planeación y hasta investigación con datos recabados entre sus especialistas internos y mediante sondeos aplicados a los comensales de todos los días. Dependiendo de la región del planeta puede haber lo mismo algas secas, carne de pavo o kombuchas, que creaciones locas pero con atractivo culinario real.

En algunas cocinas de Google han preparado “bayas milagrosas”, que son complementos para que los sabores sean experimentados de distintas formas en el paladar, así como “botones de Szechuan”, que son capullos de flores comestibles que emulan lo picante de la pimienta, pero con un divertido efecto adormecedor de la lengua y encías. También sacaron por tiempo limitado algo llamado “nubes de cerdo”: chicharrones fritos con sabor a chile habanero y una textura ligera, tendiendo a lo vaporoso.

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Y la salud, ¿dónde?

En todas partes. Los menús diarios de snacks que están disponibles en Google suelen estar equilibrados en todos los sentidos: incluyen muchas frutas y verduras cocidas al vapor, así como aderezos y demás aliños fortificados con proteínas, vitaminas y minerales. Y son condescendientes con las dietas de sus trabajadores: hay opciones flexitarianas, veganas y muy carnívoras.

Otras de las medidas que les ha funcionado es la de separar los bocadillos de las bebidas, porque con ello se reduce a la mitad la probabilidad de que un Googler sediento también coma por impulso. De igual forma incluyeron el uso de recipientes opacos en lugar de transparentes y la colocación del agua a la altura de los ojos, pero las bebidas azucaradas a un nivel que requiere arrodillarse para acceder.

El éxito y fama de estos comedores que son el sueño de cualquier trabajador han tenido impacto allá de Google. Muchas empresas estadounidenses han intentado seguir sus pasos. Por ejemplo, Dropbox nunca repite la misma comida dos veces; Airbnb elabora su propia bebida energética y Redbnb cocina cenas temáticas.

¿Existe eso en México?

En las oficinas de Google, sí. Fuera de ahí, prácticamente no. De no tratarse de algunas oficinas de coworking donde con frecuencia hay consumo ilimitado de café, tisanas, cerveza y frutas o botanas semisaludables, en cualquier otra oficina sólo hay disponibles (con suerte) agua caliente para prepararse un té o café americano, y a veces galletas para los más madrugadores.

Si nos ponemos más filosóficos y ahondamos más en el tema, seguro sí llegaríamos a la conclusión de que —aunque las empresas no están obligadas a ofrecer comida a sus empleados—, sin duda, el hecho de que en nuestro país esquemas alimenticios como los de Google sean un sueño guajiro sí promueve que los empleados opten por comidas súper calóricas e insanas en el lugar que más cerca y rápido se los expenda.

Ojalá que cada vez más jefes y directores de Recursos Humanos se dieran cuenta de eso, así como de lo importante que es proveer de buenas condiciones laborales para obtener mejores rendimientos en todos los sentidos. Mientras eso sucede, seguiremos anhelando la deliciosa comida del señor Google.

Fuente: Fast Company

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