A pesar de que es ilegal en muchos países, incluyendo México desde 1990, es una práctica más común de lo que creemos. Caminar por la playa, y disfrutar de un increíble paisaje, la arena bajo tus pies, y esos amaneceres inigualables se pueden ver opacados cuando te encuentras con un caparazón de tortuga volteado y vacío.
Hasta ese día, había escuchado las historias sobre el consumo de la carne de tortuga y más aún del saqueo de nidos para robar sus huevos, pero en mi cabeza era inimaginable. Hasta que, un día corriendo temprano por la playa de Barra Vieja, Guerrero, algo en forma de bulto llamó mi atención, me detuve y decidí acercarme para entender qué es lo que veía.
Lamentablemente, en ese momento lo entendí, eran los restos de una tortuga, un caparazón volteado sobre la arena y que ya solo servía como contenedor, esto después de que sus cazadores decidieron dejar en el caparazón las vísceras de lo que era hasta hace algunas horas un ser vivo.
Más impactante aún, fue saber que el motivo por el que pudieron cazarla tan fácilmente fue porque a algunos metros de donde se encontraban sus restos, desovó los seres que gestó durante al menos dos semanas...obviamente el nido estaba vacío.
Platiqué de mi hallazgo con algunos lugareños, actuando de la manera más natural posible para que se sintieran en confianza de contarme qué es lo que hacían con las tortugas en esa zona y esto es lo que dijeron.
¿Porqué se come el huevo y carne de tortuga?
"La carne de tortuga se consigue bien fácil, a solo 15 pesos el kilo y es rica, su sabor es muy parecido al de la barbacoa", fue la primera respuesta que me dieron, añadiendo que es importante saber prepararla porque suelta un olor muy fuerte, mismo motivo por el que comúnmente se prepara como sopa o tipo de estofado.
Hay varios motivos de por qué esta práctica no está mal vista entre los lugareños (aunque ninguna de ellas es justificable). Para empezar es una tradición que ha pasado de generación en generación y tienen la idea de que no pasa nada al cazarlas porque "hay muchísimas tortugas en el mar", comenta uno de los niños de 12 años. Otra razón es porque obtienen sin ningún costo al menos 10 kilos de carne para alimentarse, mientras que otros venden los huevos y carne de tortuga para sacar algo de los gastos del día a día.
La realidad es que la caza de tortuga para consumo humano no es novedad, en algunos escritos históricos se puede encontrar que desde la época prehispánica los españoles eran los principales consumidores de este animal, pero no fue hasta 1950 cuando aparece el primer registro oficial de su consumo en México, e incluso aumentaría en próximos años a tal grado que en 1970 México era responsable del cincuenta por ciento de la pesca comercial de la tortuga caguama en el mundo.
Erróneamente muchos creen que la carne y huevos de tortuga potencian la sexualidad. Esta creencia está relacionado a las horas que perduran las tortugas durante el apareamiento y el mito cuenta que si un hombre consume huevos o carne de tortuga se incrementará su capacidad sexual, manteniéndose activo por más tiempo durante la relación sexual.
Esto es completamente falso y no hay ningún estudio científico que así lo demuestre, en cambio sí hay estudios científicos que demuestran un alto riesgo de contraer enfermedades y es que la tortuga aloja ciertos microbios que para ellas no representa riesgo alguno, pero para el ser humano pueden resultar en una gastroenteritis, cólera o hasta enfermedades letales como septicemia
¿Qué se hace en México para evitar el consumo de tortuga y sus huevos?
La tortuga es una especie en peligro de extinción, por lo que de acuerdo con el artículo 420 del Código Penal Federal, se impondrá pena de uno a nueve años de prisión y multa que va de los 300 a los tres mil días, a quien ilícitamente recolecte o almacene los productos (como son los huevos) y subproductos de tortugas marinas, además se aplicará una pena adicional de tres años más de prisión y hasta mil días de multa adicionales a quienes realicen estas actividades en un área natural protegida.
El problema es que si no denunciamos, si no se hace más por patrullar las costas, esta cacería continuará impune. La tortuga marina tarda al menos cuatro años en alcanzar su madurez sexual para reproducirse, el único momento en que la tortuga marina toca la arena en su vida es cuando nace y en el caso de las hembras cuando desovan. Es obvio que se convierte en un círculo vicioso: tortuga preñada, desova, es asesinada, roban sus huevos y acaban con toda posibilidad de vida y nueva población de tortugas.
Cada vez regresan menos tortugas al mar para continuar su ciclo de reproducción y cada vez nacen menos: ¡claro que está en peligro de extinción!
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