Una deliciosa sopa tarasca: la opción michoacana y calientita que lo mismo queda bien de día, que de noche, porque se siente como una receta de tu mamá invariablemente. Hacerla es más fácil de lo que te imaginas. Los ingredientes los tienes todos en casa, y además la preparación es súper rápida.
En caso de que todavía no tengas idea de qué vas a comer hoy, te sugerimos poner mucha atención a lo que te diremos a continuación, para que repliques esta sopa en tu cocinas y sorprendas a todos con tu sazón.
¡Manos a la obra!
Asa los jitomates, quítales la piel. Reserva.
Mete a remojar los chiles en agua muy caliente. Sácalos y mételos a licuar con los jitomates, los dientes de ajo y dos tortillas. Asegúrate de que no queden grumos y que, más bien, la mezcla esté tersa.
En una cazuela profunda pon a calentar aceite. Luego agrega el puré anterior. Cocina a fuego bajo y luego deja espesar. Verifica el sazón y, si se necesita, agrega sal y un poco de pimienta negra molida.
Agrega el caldo de pollo, la rama de epazote y el orégano. Deja que hierva y reduzca por 10 minutos. Recuerda que debe quedar espesa, no totalmente acuosa.
En un sartén frita delgadas julianas de tortilla, al igual que unas tiras de chile. Corta tajadas medianas de aguacate.
Listo. Una vez que le encuentres bien el término, apaga, deja enfriar un poquito y sirve en cuencos de cerámica (o platos de vidrio) hondos. Acompaña de crema, queso añejo y las guarniciones que acabas de freír (las tortillas y el chile).
¡Provecho!