En la colonia Nápoles, perdido en un local pequeño sobre la calle Texas, se encuentra una marisquería que con aires de océano, que perfectamente recuerda a cuando uno come en una palapa medio hippie a la orilla de la playa. Se llama Rey Lagarto, acabamos de dar con ella por pura coincidencia y le agradecemos a la vida por ese golpe de suerte.
El lugar es de esos que, a pesar de sólo tener unas cinco mesas, concentra todo su potencial en la carta y en la atmósfera relajada que transporta a cualquier costa mexicana. Abrieron hace apenas un año y ya tienen estructurada una carta bastante variada, en la que lo mismo encuentras entraditas, platos medios, fuertes y hasta postres.
Para empezar, te recomendamos alguna de sus empanadas. La Acapulco tiene camarón, pico de gallo y viene aderezada con una salsa de chipotle cremosa. También tienen opciones con marlín, pulpo, con queso y vegetarianas.
Su apartado de tostadas también está bien nutrido. Puedes pedir la de ceviche y la Animal Lover, que es la opción vegana de la casa, y seguro quedas satisfecho. Algo que debes saber es que sus platos no son substanciosos: lo bueno de eso es que puedes pedir varias opciones para probar de todo. A pesar de que solo hay dos personas en la cocina, hacen maravillas en poquitos metros cuadrados y realmente mandan a tu mesa platos con mucho sabor.
Uno que queda bien para ordenar al centro es el atún en costra de pepitas, piñones y nuez de la India, bañado en una salsa de tamarindo, así como la mojarra empapelada o el guachinango estilo Rey Lagarto, rebozado y acompañado de verduras. De sus tacos, resaltamos el estilo Ensenada y el de carnitas de atún.
Para tomar tienen cervezas nacionales, así como algunas internacionales artesanales y varios cocteles que pueden ir desde un clásico Tequila Sunrise, pasando por Aperol Spritz y una Lagartona con mezcal y licor de chile.
La música es otra cosa que vale la pena. Siempre tienen playlists relajados que harán que te sientas en cualquier lugar, menos en Ciudad de México. Aplica perfecto para que vayas una tarde de antojo o en un sábado que tu cuerpo pida a gritos una dosis de mariscos para revivir de la noche anterior.
Cheque promedio: $200 pesos. Dónde: Texas 43, Nápoles.