Una de las mejores cosas que vienen con el otoño son sus calabazas de Castilla. Se les encuentra frescas, en su punto y en abundancia en cualquier mercado de México. Aprovecharlas no es un reto: hay muchas recetas en las que se les usa. No obstante, amamos el dulce caramelizado que se hace con ellas.
Hoy te enseñaremos a hacerlo. La preparación y la disponibilidad de los ingredientes es lo más sencillo del mundo. Lo único que debes tomar en cuenta es que para este tipo de caramelizado se necesitan muchas horas de cocción lenta.
Dicen que “de lo bueno, poco”, pero con las calabazas de Castilla no ocurre así. Afortunadamente sobran. Solo es cuestión de que te hagas de un tiempo y te dispongas de disfrutar mucho con todos los tuyos.
¡Manos a la obra!
Corta la calabaza en rebanadas de 10 centímetros de largo por cinco de ancho. Luego mételas a un recipiente hondo con agua hasta que las cubra. Agrega encima la cal. Esto servirá para que la calabaza no se deshaga al momento de cocerla. Deja reposar al menos tres horas.
En otro recipiente hondo, y de preferencia de aluminio, pon a hervir la misma cantidad de agua, junto con el piloncillo, azúcar, anís y los clavos de olor envueltos en un pedazo poroso de tela.
Una vez que esta mezcla tenga la consistencia de un jarabe, baja el fuego al mínimo, agrega los trozos de calabaza, tapa el recipiente y espera tres horas.
Una vez pasado este tiempo, tu dulce de calabaza estará listo. Además, obtendrás una miel especiada y con el sabor vivo de la fruta, que podrás usar como aderezo de ensaladas o la cubierta de tus hot cakes favoritos.
Te recomendamos acompañar tu postre con un café sin azúcar.