Nada más incómodo que la indigestión, especialmente después de comer algo muy rico. La Navidad es la cuna de las mayores indigestiones en el año. Y se entiende: vamos a tantas cenas, posadas y fiestas de la oficina, que cuando llega la hora de Nochebuena, todos estamos inflamados, llenos y con la sensación de que no volveremos a comer hasta enero.
Eso, claro, nunca pasa. Terminamos comiendo mucho en Navidad también. Y como sabemos que es insalvable (y entendible), hoy te compartimos unos tips para mejorar y facilitar tu digestión en una velada tan importante como esa:
Administra la abundancia de tus cenas
Sabemos que abundan los compromisos y las tertulias con amigos, pero si ya sabes que el 24 por la noche es la cena de tu familia, intenta no comer tan copiosamente en los días anteriores. Velo de esta forma: hasta disfrutarás más el pavo, la pierna o los romeritos.
Mastica perfectamente
Pocos ponemos atención en ello y es sumamente importante: de esta forma ayudas a tu aparato digestivo a procesar la comida mucho más rápido. Tritura todo, especialmente la carne. Acuérdate que este alimento es justo uno de los que más tarda en degradarse dentro del estómago.
No te acuestes inmediatamente después de cenar
Si lo haces, seguro al otro día amaneces con acidez estomacal y, tal vez, agruras. Mejor evítalo dejando pasar entre dos y tres horas antes de dormir. Así irás más ligero a la cama y prácticamente podrás descartar la indigestión.
Evita un poco las burbujas mientras comes
¿Sabías que las bebidas carbonatadas te pueden dar indigestión? Ahora lo sabes y eso aplica tanto para refrescos, cervezas, espumosos y hasta agua mineral. Sabemos que son ricas, pero si te hacen mal, mejor déjalas para el final, una vez que haya pasado al menos media hora de la última comida.
Procura no hablar mucho cuando comas
Por insignificante que parezca, también es una buena medida. Cuando hablas, dejas que entre más aire al momento de pasar la comida. Y claro, esto conlleva a que te infles un poco y seas más propenso a tener indigestión. Sabemos que es imposible no hablar en estas cenas, solo te recomendamos que lo evites mientras te metes el alimento a la boca.
Conoce a tu estómago
Es muy cierto que hay ciertos alimentos que verdaderamente, por más que se les coma con cautela y de forma responsable, siempre provocan indigestión. Una vez que los identifiques, intenta evitarlo. Todo lo especiado en exceso, con grasa o con mucho picante, suele dar estos problemas. Tú decides.
Ten manzanas a la mano
La fibra de la manzana puede sernos de gran ayuda en cuanto sentimos a la indigestión corriendo a pasos agigantados hacia nosotros. Si te comes una de estas frutas, con todo y la cáscara, sentirás que todo empieza a mejorar. Esto se debe a que la fibra ayuda a limpiar el tracto digestivo.
El democrático vaso de agua caliente
Parece que todas las mamás y abuelas del mundo tienen este consejo como mantra en la vida. Pero es muy útil. Si lo haces, templarás a tu estómago y eso ayudará a que toda la comida que reciba llegue de forma más amable y se digiera de la misma manera. Esto aplica para la cena de Navidad, sí, pero también como una medida que te prepare para cualquier comida.
Los tés
Son perfectos para evitar la indigestión. Intenta con uno de canela, toronjil o manzanilla. Las propiedades de los tres ingredientes logran que tu estómago encuentre paz siempre.
El jengibre que salva todo
También funciona si cortas una rodaja de jengibre y la masticas. Claro, debes saber que es de un sabor muy intenso, pero es también infalible para estas necesidades. Además, su efecto es casi inmediato. Si no quieres comértelo, hazlo té y bébelo. Servirá casi igual, pero tardará un poco más de tiempo en ayudarte.
Fuentes: Infosalud | Mejor con salud