Gabriela Ruiz: una chef mexicana que cocina en honor a las mujeres de su familia y al sureste del país

Gabriela Ruiz: una chef mexicana que cocina en honor a las mujeres de su familia y al sureste del país
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Cada que Gabriela Ruiz entra a una cocina, empieza a ver historias por todas partes: en los ingredientes, los instrumentos que va a usar, los recuerdos que le evoca cada receta que se trajera desde su natal Tabasco, o que aprendiera en el camino que la llevó a abrir en la Ciudad de México el restaurante Carmela y Sal.

Gaby, como la llaman sus amigos, es dulce y esa nota de su personalidad flota entre boleros en el aire de su establecimiento, anclado en la torre Virreyes de la Ciudad de México. No obstante, la mujer de 32 años tiene una presencia fuerte que pareciera venirle de generaciones pasadas.

Yo no creo que una cocina a nivel profesional te demande tanto físicamente como para no poder hacer las cosas. Sí es pesado, pero no imposible. Además todas las mujeres estamos ligadas a la cocina no por una cuestión de machismo, sino porque nos preocupa que nuestra familia esté bien y por eso les preparamos cosas que los alimenten. Es un acto de profundo amor.

Gaby se hizo chef por pasión. En su familia hubo mujeres como su hermana, que hacían sentir mejor a la gente con sus platillos, ella aprendió y simplemente se dejó llevar por lo que verdaderamente le gustaba hacer.

Con una madre y padre músicos e ingenieros, respectivamente, la expectativa era que ella se dedicara a algo así. Su madre quería que fuera directora de orquesta. Gaby se decidió por los cuchillos, los hornos, la adrenalina de servir cenas para que otras personas las disfrutaran tanto como ella al hacerlas. Pero nunca se olvidó de la música y las historias que existen detrás de todas las cosas.

Hace cerca de un año y medio, luego de abrir en Tabasco un restaurante llamado Gourmet MX, así como el bar Chata Pandal, se arriesgó y montó Carmela y Sal en la capital mexicana.

La cocina es mi vida entera. No podría vivir sin ella. Todos los días me voy a la cama sólo hasta que me estoy segura que ya hice cosas que me ayudarán a conseguir mis metas. Para estar en esto debes ser persistente y ponerle mucho amor a todo lo que hagas.

Se trata de un sitio relajado y cálido, que tanto por la música, como por los aromas y carga simbólica de cada uno de sus platillos, hace sentir en el sureste del país. Su carta es la columna vertebral de la experiencia. Está diseñada como si fuera un concierto: las entradas, platos fuertes y postres están señalados como preludios, interludios, climax y outros.

Las opciones de comida son reminiscencias de su tierra y los estados vecinos (y no tan vecinos) con los que tuvo contacto. Por ejemplo, su pescado entre mone y pipián es una mezcla entre tabasqueña y poblana, que hace homenaje a uno de los platos más emblemáticos de la entidad donde nació, aderezado con un mole típico del centro sur de México.

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En la carta viene claramente especificado que es importante no cambiar los aderezos, ni el método para degustar los platillos, ya que fueron diseñados de esa forma para lograr un objetivo puntual: hacer que cualquier comensal la pase bien y que cada bocado le evoque sensaciones, anécdotas. Ese es y será siempre el sello de Gaby: convertir historias en alimento.

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Cheque promedio: $350 pesos. / Dónde: Torre Virreyes, Calle Pedregal Número 24, Lomas – Virreyes.

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