Las albóndigas son una gran opción de comida para no aburrirnos de una sola forma de consumir carne, y como aún seguimos en Cuaresma, vamos a compartirles la receta de unas albóndigas de pollo para servir con salsa verde.
Y como deberán de saber, el secreto está en el tratamiento de la carne, en cómo condimentar la carne de las albóndigas de pollo y darle la sazón adecuada.
¿Qué condimentos se pueden agregar a las albóndigas de pollo?
Los complementos o condimentos secos suelen tener una presencia muy favorecedora cuando las carnes se sumergen en una salsa. Nosotros recomendamos ampliamente utilizar cebolla, ajo o pimienta en polvo. Ahora bien, de los ingredientes frescos también te puedes ayudar del orégano, albahaca, hierbabuena o elementos un poco sutiles (si son frescos, por ejemplo, el romero tiene un sabor muy potente cuando es fresco).
¿Cuál es la mejor pieza del pollo para hacer albóndigas?
Las albóndigas son una preparación que requiere casi en su totalidad pura maciza (carne sin cueritos o huesos pequeños) por lo que la pieza ideal para las albóndigas de pollo es la pechuga, pero se puede pedir en la pollería que deshuesen el muslo y lo procesen como carne molida.
Vierte la carne molida en un tazón y deja un hueco en el centro para romper los huevos ahí, coloca el ajo, la cebolla en polvo, pimienta, el orégano y la hierbabuena, media taza de pan molido y la taza de arroz.
Mezcla con las manos limpias la carne para integrar más fácilmente y mide la cantidad de humedad que tenga, de ser necesario agrega más pan molido para cohesionar la masa o leche si está muy seca.
Comienza a formar las bolitas de pollo y sofríe en un sartén con aceite, y cuando estén listas vierte la salsa verde. También está la opción de sazonar la salsa verde primero y luego llevar a cocción las albóndigas ahí mismo por unos 25 minutos.
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