El mundo del vino puede parecernos totalmente lejano y desconocido, si es que la frecuencia con la que lo consumimos es muy limitada. Ello hace, que cuando para una ocasión especial nos decidimos a comprar una botella de vino, vengan a nuestra mente una larga lista de dudas.
Y conforme nos adentramos en nuestra búsqueda, nos encontramos con que no solo se dividen en vinos tintos y vinos blancos, sino que dentro de esta clasificación hay una extensa variedad debido a los diferentes tipos de uvas utilizadas, las mezclas que se usan y varios factores más. Por eso, hoy hablamos de los tipos básicos de vinos tintos y sus alternativas.
Diferentes tipos de uvas y mezclas
Lo primero que debemos saber es que el vino está hecho de uvas, pero no de las uvas que fácilmente encontramos en los mercados. Por ejemplo, las uvas blancas utilizadas son pequeñas, dulces, con piel gruesa y con semillas, pero hay más de 1300 diferentes variedades de uva para vino, que son cosechadas en diferentes lugares alrededor del mundo.
Un vino puede estar hecho sólo con un tipo de uva, pero también puede estar elaborado con una mezcla de diferentes variedades de uva. Pero además, podemos encontrar vinos elaborados con la cosecha de un determinado año, como también hay vinos que resultan de una mezcla de diferentes cosechas.
Hoy hablaremos de cuatro tipos de vinos tintos clásicos, de los que al conocerlos nos daremos cuenta del amplio rango de sabores que podemos encontrar en un vino. Si nos es posible, la recomendación es probarlos uno al lado de otro, para observar mejor sus diferencias y conocer mejor nuestras preferencias.
Cabernet Sauvignon
El Cabernet Sauvignon es un vino tinto con gran cuerpo en el que encontraremos notas de cerezas negras, grosellas, especias y cedro. Hoy en día es la variedad de vino tinto más popular en el mundo. Es perfecto para acompañar platillos con cordero, ternera, carnes ahumadas y quesos firmes como el cheddar o quesos duros como el pecorino.
Los vinos alternativos al Cabernet Sauvignon son, de cuerpo medio: el Merlot, el Cabernet Franc y el Carménère, el Bordeaux Blend y el Sangiovese, este último muy similar en cuerpo, acidez y taninos al Cabernet Sauvignon, pero más elegante y con más notas de frutas rojas.
Syrah
La uva syrah es principalmente sembrada en Francia y Australia; el vino elaborado con esta variedad es un vino tinto de gran cuerpo en el que encontramos principalmente notas frutales de arándano, ciruela, tabaco, pimienta negra y violetas. Para el maridaje se recomienda el cordero, la ternear y las carnes ahumadas, así como los quesos firmes como el cheddar blanco y el manchego.
Entre las alternativas del vino Syrah encontramos el Malbec procedente de Argentina con notas más agresivas a café y chocolate, el Petit Sirah con un mayor cuerpo, el Monastrell en el que sobresalen una mezcla de frutas rojas y negras y el Pinotage con notas ahumadas más intensas..
Zinfandel
El Zinfandel es un vino tinto de cuerpo medio originario de Croacia en el que encontramos en su sabor una gran variedad de frutas, desde la nectarina madura a la frambuesa y la cereza amarga, la ciruela, el arándano, la zarzamora y la frambuesa. Es ideal para acompañar pollo, cerdo, carnes curadas, cordero y quesos de sabor intenso ya sean italianos, americanos, chinos o tailandeses.
Entre las alternativas del vino Zinfandel están el Grenache de cuerpo medio y sabores a frutas rojas, el Tempranillo de España con una menor cantidad de alcohol y un cuerpo más ligero, el Rhône Blend que resulta de una mezcla de Grenache, Syrah y Mourvèdre y que es menos afrutado, y el Carignan del que destacan sus sabores a hierbas secas.
Pinot Noir
El Pinot Noir es un vino tinto seco de cuerpo ligero, cuya uva es principalmente cultivada en Francia. En él encontraremos principalmente notas de frutas rojas como las cerezas y los arándanos, así como a flores rojas como la rosa, además de otras notas vegetales como betabel, ruibardo y setas.
La alternativa al vino Pinot Noir es el Beaujolais o Gamay Noir originario de Francia, con un cuerpo ligero, y un sabor floral que usualmente es menos complejo. También es buena opción el Nebbiolo, un vino con gran elegancia en el que encontraremos notas de cerezas secas, arándanos rojos, setas y especias.
Una vez que hemos conocido las principales variedades de vino tinto, será más fácil elegir entre estos dependiendo de nuestras preferencias, así como darle oportunidad a las diferentes alternativas que hay para cada uno de ellos.
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