Café, whisky, azúcar moreno y crema de leche son los ingredientes, que con la porción justa de cada uno de ellos dan sabor a una de las bebidas que más disfruto: el café irlandés, una bebida que con ya casi un siglo de historia se ha vuelto en todo un clásico.
El disfrutar de un buen café irlandés no sólo depende de utilizar la proporción adecuada de ingredientes, sino también de nuestra forma de beberlo, y aunque muchos erróneamente mezclan la crema con la bebida, lo mejor es no hacerlo y tomarlo a través de ésta. Pero, conozcamos la historia detrás del café irlandés.
La historia más popular
La historia del café irlandés nos remota a la década de los cuarenta, del siglo pasado. Allá por 1942. La historia más popular relata que un vuelo lleno de pasajeros estadounidenses llegó a la base aérea de Foynes, ubicado en el oeste de Irlanda, tras una intensa lucha de varias horas contra fuertes tormentas. El vuelo, aterrizó sin problemas en la base área y los pasajeros desembarcaron agradecidos de estar vivos, pero con frío debido al aire helado de la noche.
Fue Joe Sheridan, el chef del restaurante de de la terminal aérea el que entendió el frío de los pasajeros, y para ayudarlos decidió preparar una bebida que calentara sus cuerpos y animara su espíritu tras la experiencia que habían vivido.
Así, fue como preparó una mezcla de café caliente con un toque de whisky irlandés. Desde luego, los pasajeros disfrutaron del sabor único del café caliente que les fue servido, y cuando uno de ellos preguntó a Sheridan si lo que estaban bebiendo era café brasileño, el chef respondió con un: "No, eso es café irlandés".
Para 1945, el aeropuerto de Foynes fue cerrado con el fin de ampliar el área en tierra para los aviones, y fue inaugurado el Aeropuerto Internacional de Shannon, lugar al que Sheridan llevó su cada vez más famosa bebida, y donde trabajó hasta 1952. Allí, es donde actualmente se encuentra una placa en honor a su logro, en el Joe Sheridan Cafe Bar.
En ese mismo año, en 1952, fue Stanton Delaplane, el escritor de la columna de viajes del diario San Francisco Chronicle, quien persuadió a George Freeber, propietario del San Francisco Buena Vista Bar, de recrear esa bebida. Sin embargo, tras muchos intentos no lograron dar con la combinación perfecta que el escritor había probado en Irlanda en el local de Sheridan.
Tras sus intentos faillidos, Stanto Deleplane murió en las pistas del teleférico de la ciudad, y fue entonces cuando George Freeber ofreció a Joe Sheridan un puesto en su restaurante, convenciéndolo de emigrar a Estados Unidos, y cuya tumba en California versa: "Aquí yace Joe Sheridan, el inventor de la bebida más famosa del mundo: el café irlandés"
La historia menos popular
Otra historia narra que el café irlandés original fue inventado por Joe Jackson en el Hotel Ulster, situado en el Condado de Donegal, también en Irlanda y adquirido por Jackson en 1945. En dicho hotel, una de las especialidades de la casa era el café irlandés, hecho a base de café negro, azúcar, whisky irlandés y una capa de crema en la parte superior.
Originario de Derry, Joe perteneció a la marina mercante durante la Segunda Guerra Mundial. Una noche, el el Atlántico, su barco fue torpedeado por un submarino enemigo. Para ayudar a recuperarse de la hipotermia, Joe recibió un remedio tradicional de la marina, una mezcla de café y ron. Más tarde, cuando trabajaba en los buques en el Mediterráneo, el probó una gran variedad de bebidas a base de crema, azúcar y varios tipos de bebidas espirituosas.
En 1950, una revista de Escocia publicó un relato sobre el café irlandés de Jackson; su familia sostiene que la revista describe la bebida de éste un año antes de que Joe Sheridan publicara la suya. Se dice que una copia enmarcada del artículo colgó en el vestíbulo del hotel durante mucho tiempo, hasta que desapareció durante una etapa de renovaciones.
Imágenes: Flickr | Guillaume Baviere, summer park