Las ollas de presión y las ollas de cocción lenta llegaron para quedarse. Aunque su uso se ha incrementado en los últimos años, llevan ya mucho tiempo entre nosotros. De hecho, las primeras ollas de presión se fabricaron en 1864 con hierro fundido, pero no fue hasta 1918 que en España se otorgó la patente sobre la olla de presión a la que se le conoció desde entonces como olla exprés.
Por otro lado, la historia de la olla de cocción lenta no es tan remota, pero si tiene algunas décadas. Fue ideada bajo el concepto de que algunas platillos requieren un cocinado lento y sin vigilancia, desarrollándose entre 1970 y 1971 bajo la marca Crock Pot. Ambas, son dos grandes aliadas en la cocina casera, pero ¿cuándo y para qué usar cada una?
¿Cómo funcionan?
Hay que reconocer que con frecuencia tanto las ollas de presión como las ollas de cocción lenta son usadas para cocinar más o menos los mismos alimentos, como por ejemplo los cortes de res más difíciles de cocinar, como la falda de res o la cabeza de lomo, por ejemplo. Sim embargo, la forma en la que funcionan son muy distintas.
En primer lugar, las ollas de cocción lenta están diseñadas para cocinar los alimentos de forma suave durante mucho tiempo. Por el contrario, las ollas de presión fueron diseñadas para cocinar la comida a una temperatura más alta del punto de ebullición del agua para lograr que se cuezan más rápido.
El costo
Las ollas de cocción lenta suelen ser más baratas, particularmente las de más bajo costo, ya que no necesitan de mucha tecnología para sus tareas más básicas. Podemos reconocer las de más bajo costo por que suelen tener últimamente dos temperaturas además del apagado: alta y baja y no ofrecen otras características como por ejemplo un temporizador, una función para mantener la comida caliente o una función para sellar los alimentos.
En el caso de las ollas de presión, éstas suelen ser un poco más caras, puesto que se requiere una mayor ingeniería en su construcción. Esto debido a que por seguridad, la tapa de asegurarse durante la cocción y no debe soltarse hasta que la presión ha salido de la olla.
¿Cuándo usarlas?
Dicho lo anterior, la olla de cocción lenta es ideal para cuando queremos cocinar sin estar 100% pendientes de la cocción, o incluso, cuando estamos lejos de casa. De hecho, ese es uno de los motivos por lo que estos últimos años se ha vuelto tan popular: la gente está optando por poner la comida en la slow cooker antes de salir a trabajar de tal modo que cuando regresen a casa la comida ya esté lista. Otra opción, es la de dejarla encendida toda la noche.
Pero, ¿qué es lo que permite que podamos hacer esto? Es muy sencillo, las olas de cocción lenta no necesitan permanecer selladas durante la cocción, de tal modo que incluso podemos probar la comida mientras se cocina para agregar ingredientes o ajustar la sazón.
Esto último nos dejará decidir cuándo usar entre cada una de estas ollas, puesto que debido a que en una olla de presión la tapa debe permanecer sellada, lo mejor será preparar en ella recetas que no requieran agregar ingredientes durante la cocción o a diferentes tiempos.
Su ventaja, es que al cocinar la comida más rápidamente, no necesitaremos dejarla encendida muchas horas y aún así tendremos nuestros alimentos listos para cuando llegue el momento de sentarse a la mesa. Eso si, dado que su tiempo de cocción es corto, necesitaremos estar pendientes de ella.
Imágenes | Williams Sonoma