Sabemos que estar con el celular a últimas horas de la noche no te ayudará a conciliar el suelo, pero precisamente gracias a estos dispositivos, un grupo de investigadores logro recabar mucha información sobre las tendencias de sueño en todo el mundo. El estudio que realizaron observa la diferencia entre los ritmos naturales de nuestro cuerpo y los de los calendarios sociales.
Los investigadores Daniel Forger y Olivia Walch, de la Universidad de Michigan, diseñaron una app llamada ENTRAIN, cuyo objetivo es ayudar a los viajeros a superar el jet lag mediante la creación de horarios de iluminación personalizados. La app está basada en un modelo matemático que funciona efectivamente cuando los usuarios ingresan información como su ubicación, horas de sueño y exposición diaria a la luz. Los investigadores pidieron a los usuarios si querían donar esta información para un estudio, al final obtuvieron la información de más de 10,000 personas de 100 países diferentes, obteniendo una impresionante base de datos sobre los patrones de sueño.
Encontraron que algunos países se caracterizan por ser amantes de la noche, mientras que habitantes de otros países prefieren dormir temprano y levantarse temprano. Por ejemplo, los residentes de Singapur y Japón duermen en promedio sólo 7 horas con 24 minutos por noche. En cambio, los habitantes de los Países Bajos fueron los que más durmieron, casi 8 horas y 12 minutos de sueño en promedio cada noche.
En todo el mundo, las mujeres tienden a dormir media hora más por noche que los hombres. Los hombres de mediana edad son lo que menos duermen, con frecuencia duermen menos de la cantidad recomendada de 7 a 8 horas. Conforme las personas envejecen, los patrones de sueño se vuelven muy parecidos en todo el mundo. Con toda la información recabada se ha logrado obtener información súper importante en relación con nuestros sistemas biológicos relacionados con el sueño.
Es bastante conocido que muchas personas no cubren las horas recomendadas de sueño; siete horas como mínimo. El problema es que esto implica muchos problemas de salud. La falta de sueño puede aumentar las posibilidades de obesidad, diabetes, presión arterial alta, enfermedades del corazón, derrame cerebral, estrés, entre muchas otras afecciones. Además la fatiga hace que las personas realicen sus tareas, mentales y físicas, ineficientemente.
En el estudio encontraron que las personas que pasan mucho tiempo al aire libre, con luz natural, tienden a ir a la cama temprano y dormir más, comparados con los que pasan la mayor parte del día con luz artificial. Sin embargo los datos no revelan si la luz natural en sí es la causante de tener más horas de sueño. Es posible que las personas que reportan dormir más, tengan trabajos físicos que los hagan permanecer más tiempo al aire libre y ocasionen que se cansen más.
Probablemente la causa principal de todo este sueño perdido es la lucha entre las necesidades naturales de nuestro cuerpo para descansar, contra los factores creados por la sociedad. Los patrones de sueño naturales se guían por los ritmos circadianos que se activan y desactivan por el ciclo natural de día y de noche, ajustada por la entrada de luz a través de nuestros ojos. Los investigadores encontraron que la hora a la que una persona se despierta no es un buen indicador para determinar si una persona duerme más o menos, pero sí lo es la hora a la que una persona se va a la cama. Así que la razón por la que muchas personas tienen cada vez menos horas de sueño, es porque se van a la cama más tarde. Esto puede ser influenciado por trabajos que obligan a quedarse más tarde, o a salir con los amigos.
Sin duda datos muy valiosos para continuar con esta incansable búsqueda hacia la mejor forma de conciliar el sueño en la sociedad actual.
Imágenes | Jon Åslund | NEC Corporation of America | Simon Shek |
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