Es una situación normal que después de hacer algún tipo de ejercicio y sobre todo aeróbico, sentir hambre. Esta condición se debe al esfuerzo extenuante que nuestro organismo realizó y de alguna manera trata de recuperar algo de la energía perdida.
Por lo tanto, es necesario hacer una comida después de hacer ejercicio. Sin embargo, en este momento es donde entra nuestra creatividad y nuestra conciencia en elegir la opción más saludable.
Estas son algunas ideas para que tu esfuerzo no se vea saboteado por malas decisiones alimentarias:
Antes que nada, planea tus comidas post entrenamiento: ten preparado con antelación lo que vas a comer.
Idea 1: Una pieza de yogurt natural con 3 cucharadas de avena y una pieza de fruta
El yogurt te aportará proteínas, necesarias para construir y restaurar masa muscular; la avena junto con la fruta te ayudarán a recargar tus depósitos de glucógeno y además te aportan vitaminas y minerales.
Idea 2: Un vaso de jugo de verduras / Media manzana / 30 gramos de queso panela
Poderoso antioxidante, rico en minerales que contribuyen a una buena hidratación y el queso una buena fuente de proteínas bajas en grasa.
Idea 3: Medio sándwich de jamón de pavo con vegetales y una rebanada de sandía
Rico en proteínas, hidratos de carbono complejos (si usamos pan integral) y la sandía, deliciosa fruta con propiedades para aliviar músculos adoloridos después del ejercicio.
Como podrás darte cuenta, en estas 3 ideas existe un patrón: Carbohidrato (cereal, fruta, verdura) + Proteína (Queso, yogurt, jamón) Sigue esta recomendación y realiza l colación en la primera hora después de tu actividad. Recuerda beber 200ml de agua cada 30 minutos de actividad aeróbica para mantener una hidratación constante.
Imagen| CherryPoint
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