En un estudio de la Universidad del Sur de California, se encontró que los refrescos contienen mayor cantidad de fructosa que lo que sugieren sus etiquetas. La mayoría de las marcas de refresco analizadas, presentaron una relación de glucosa-fructosa del 40:60. Incluso algunas bebidas que no incluyen la palabra “fructosa” dentro de su lista de ingredientes contienen cantidades considerables.
La sacarosa, la azúcar de mesa, está formado por dos moléculas: glucosa y fructosa. En el cuerpo, estás moléculas se separan y cada una realiza funciones diferentes. La glucosa es la principal fuente de energía del cuerpo, por lo que todas las células la utilizan de inmediato o la almacenan para usarla después. En cambio la fructosa sólo puede ser procesada por el hígado, donde se comporta como una grasa.
El jarabe de maíz de alta fructosa, encontrado en casi todos los refrescos y en una gran cantidad de productos procesados, es glucosa tratada con enzimas para producir diferentes proporciones de fructosa. Por ejemplo, el jarabe de maíz de alta fructosa HFCS55, contiene 55 por ciento fructosa y el resto se compone de otros azúcares, principalmente glucosa.
Como el cuerpo no utiliza fructosa como fuente de energía, solamente contribuye al aumento de peso y a la diabetes tipo 2. A pesar de esto, las etiquetas de los alimentos no especifican la relación de fructosa y glucosa. Lo que buscan los investigadores del estudio, es que en el etiquetado, el azúcar se divida en fructosa y glucosa. De la misma forma que las grasas se dividen en grasas saturadas, trans, poliinsaturadas y monoinsaturadas. La finalidad es que los consumidores estemos informados de lo que realmente estamos comprando.
Vía | Time
Imágenes | Shardayyy | nafmo |
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