En México es bastante común la regla de los 30 minutos. Aunque sabemos que las citas son a una hora, muchas veces, si no es que la mayoría, conscientemente salimos tarde. Al final siempre tenemos varios factores a los cuales les podemos echar la culpa: el tráfico, el transporte público, entre otros. Un grupo de neurocientíficos encontró una posible razón por la que siempre llegamos tarde.
En un estudio publicado en Hippocampus, los investigadores notaron que la gente tiende a subestimar el tiempo que tardará en recorrer rutas familiares. Las leyes del tiempo y del espacio no se transforman para llevarte al trabajo o a la escuela más rápido, pero una parte de ti cree que eso sí puede suceder. En el estudio, los participantes tendieron a sobrestimar la longitud física de esas rutas, sin embargo subestimaron cuánto tiempo tomaría recorrerlas.
Tiene cierto sentido que la gente exagere la amplitud de las distancias familiares, esto por el nivel de detalle que se almacena en nuestra memoria sobre ellas. Por ejemplo, si recuerdas todas las tienditas de la esquina y los puestos de tamales que te topas camino a tu trabajo, la ruta parecerá más larga cuando la recuerdas mentalmente, que una ruta que no conoces tan bien. Una representación neural más detallada hará que el espacio parezca más grande.
En el estudio le preguntaron a un grupo de estudiantes, quienes habían estado viviendo en el mismo edificio en Londres durante 9 meses, que dibujaran un pequeño mapa de su barrio. Los estudiantes exageraron la distancia física de las rutas por las que caminaban más, dibujando mapas un poco más grandes de lo que deberían ser. Los investigadores pensaron que si los estudiantes sobreestimaban la distancia física entre dos puntos, también sobreestimarían el tiempo que tomaría viajar entre esos dos puntos. En cambio, los estudiantes redujeron sus estimaciones de cuántos minutos tardarían en realizar esos viajes familiares, esperaban llegar al destino antes de lo que era posible.
Sin duda algo extraño pasa en nuestros cerebros. Los científicos creen que se debe a sistemas neuronales separados, uno encargado de calcular la extensión espacial y otro encargado de calcular el tiempo para viajar a través de ese espacio. Así que ya sabes, la próxima vez que llegues tarde, la mejor excusa que puedes dar es que tu cerebro tiene sistemas neuronales separados para estimar la extensión espacial y el tiempo para viajar a través de ese espacio, y cuesta trabajo ponerlos en sintonía.
Imagen | zoghal
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