Acabo de leer un artículo del New York Times que me pareció muy interesante y tiene mucha razón. ¿Te gusta el helado?¨... Pues no lo comas... Al menos no diario. Esta es la razón de por qué no hacer las cosas que amas.
De acuerdo a psicólogos, en el ejemplo del helado: entre mas seguido lo tengamos, menor será el placer obtenido al comerlo. "Con la repetición, nuestras tendencias se harán mas fuertes, pero los sentimientos habituales se debilitarán"
La idea es muy clara: si realmente disfrutas algo, no debes repetirlo de manera rutinaria, si no se volvería en un hábito. Perderías el placer que se experimenta al comer eso que disfrutas. En su lugar, tenemos que hacer habitual las necesidades de la vida: hacer ejercicio de manera regular, ahorrar dinero, llevar una dieta saludable, pagar deudas y trabajar, por mencionar algunos ejemplos.
Los placeres de la vida deberían saborearse y no experimentarlos de forma habitual, un vaso de vino, comida especial, la puesta de sol en el mar... Si disfrutas de algo, no lo conviertas en un hábito.
En el artículo se menciona que cuando repetimos, el placer se vuelve cada vez menos placentero. Un ejemplo que describe el autor, es que solía ir mucho a cafeterías, diariamente iba a tomar una café, sin embargo cabo de varias semanas, ya no obtenía satisfacción de ese café. Se volvió en algo rutinario, en algo normal de su día.
Cuando detuvo esa rutina, notó que la próxima vez que acudió a una cafetería después de haber pasado un mes o dos, la experiencia fue agradable, realmente disfrutó esa taza de café.
¿Con qué frecuencia se debe hacer algo que nos gusta? Si ese "algo" que disfrutas, ya no experimentas algo positivo, tu mente divaga y no estas completamente presente en el momento, es tiempo de "darle un tiempo". En el ejemplo del helado, se come en automático. Para que se disfrute la experiencia se debe realizar como un ritual, en donde se cuide cada detalle y estar atento para apreciar la experiencia.
Más información | NYTimes
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