Posiblemente has escuchado a algunos padres hablar de la educación basada en el género neutral. Bajo este estilo de crianza está mal visto darles muñecas a las niñas y carritos a los niños, ya que desde pequeños les estás inculcando normas regresivas de género. La idea es darles juguetes neutros de género, inclusive evitar ropa de colores rosa y azul, para que los niños puedan desarrollar su verdadero yo, sin seguir roles de género previamente establecidos.
A pesar de que es una idea atractiva para poner un alto a la desigualdad de género, la realidad científica dice que la biología es muy importante. La investigación sugiere que las preferencias de juguetes en la edad temprana, son innatas, no socialmente construidas o moldeadas por la retroalimentación de los padres. Por eso la mayoría de las niñas prefieren juguetes sociales, como las muñecas, que ayudan a desarrollar habilidades sociales y verbales. La mayoría de los niños eligen juguetes mecánicos, como carritos y camioncitos, fomentando habilidades visuo-espaciales.
Un estudio demostró que estas preferencias surgen a los nueve meses de edad, mucho antes de que los niños sean conscientes de las diferencias de género, lo que sucede alrededor de los 18 meses. Algo interesante es que estas tendencias también se observan en los primates, las hembras jóvenes prefieren muñecas mientras que los machos escogen juguetes con ruedas.
En relación a este tema existe mucha confusión. El año pasado se difundieron bastante los resultados de un estudio publicado en Proceedings of the National Academies of Science donde se decía que los cerebros masculinos y femeninos son funcionalmente idénticos, insinuando que las diferencias sexuales en el comportamiento son enteramente o casi enteramente aprendidas. Pero después un grupo de investigadores reanalizó los datos y encontraron que las características cerebrales predecían correctamente el sexo de los sujetos en el 69-77% de los casos.Así que mientras los cerebros masculinos y femeninos son casi idénticos, existen diferencias predecibles que podrían explicar por qué los niños y las niñas actúan de manera diferente.
Muchas personas aseguran que esto no es más que una afirmación normativa, en la que los hombres deben actuar de cierta forma y las mujeres de otra, o una afirmación de determinismo biológico, bajo el cual no podemos hacer nada ante las desigualdades de género. Pero esta información solamente es un reconocimiento de que las influencias biológicas son reales y no pueden eliminarse del comportamiento humano, especialmente cuando se trata de niños muy pequeños.
Se han realizado otras pruebas que apoyan la idea que las diferencias conductuales se deben a factores biológicos innatos. Por ejemplo, se ha estudiado a niñas que fueron expuestas a altos niveles de testosterona prenatalmente, por una condición genética llamada hiperplasia suprarrenal congénita. Las niñas con hiperplasia suprarrenal congénita tienden a no estar conformes con su género, prefiriendo juguetes típicos de niños, incluso cuando sus padres las impulsan a jugar con juguetes “de niñas”. Se observa que las hormonas juegan un papel súper importante en el desarrollo de las preferencias de género y las diferencias sexuales de comportamiento.
Así que una buena opción es darles a los niños diferentes tipos de juguetes y que ellos sean los que escojan. Al final de cuentas, lo más importante es que disfruten jugar y desarrollen habilidades, y que sepan que no importa el juguete que escojan, sus padres los aman.
Vía | Los Angeles Times
Imágenes | belen veleiro | Manuel | Robert Couse-Baker |
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