Seguramente sabes que el hierro es un mineral esencial. Algunas personas que consumen poca o nada de carne, pueden presentar una carencia de hierro si no siguen una dieta balanceada. Esto debido a que los seres humanos absorben mucho menos hierro de los alimentos a base de plantas que de la carne. Lo que hace que el hierro proveniente de la carne sea tan fácil de absorber, es el heme, un cofactor que se encuentra en la sangre.
Es cierto que los insectos no contienen heme, pero debido a las recomendaciones de las Naciones Unidas relacionadas con la agricultura de insectos como forma de combatir las emisiones de gases de efecto invernadero de la ganadería, los investigadores están evaluando si al consumir insectos, se obtienen las cantidades adecuadas de hierro.
En un estudio se analizaron cuatro insectos: saltamontes (Sphenarium purpurascens), grillos (Gryllus bimaculatus), gusanos de la harina (Tenebrio molitor) y escarabajos (Alphitobius diaperinus). La finalidad era comparar su contenido de hierro con el de la carne de res. Primero midieron cuánto hierro contenían los insectos. Para ello aplastaron a los insectos secos hasta obtener un polvo. Después utilizaron espectrofotometría para cuantificar el contenido de hierro, así como otros micronutrientes esenciales como calcio, magnesio y zinc. En esta prueba los grillos fueron los que presentaron la mayor cantidad de hierro: 12.91 miligramos por 100 gramos, apenas por debajo de la carne de res 15.47 mg por cada 100 gramos.
Después los investigadores analizaron la biodisponibilidad, es decir cuánto de ese hierro puede ser absorbido por los humanos. Un insecto puede contener bastante hierro, pero es posible que el hierro sea mal absorbido debido al tamaño de las partículas o la forma en la que está encapsulado en las células de los insectos, evitando la degradación durante la digestión humana.
En esta ocasión los investigadores mezclaron el polvo del insecto con enzimas digestivas a un pH bajo para imitar las condiciones en el estómago. Después agregaron extracto biliar-pancreático con un pH neutral para imitar el intestino delgado. Utilizando nuevamente la espectrofotometría, determinaron el contenido de hierro en el material digerido. Para medir la biodisponibilidad, añadieron las muestras digeridas, cada una con un contenido de 20 μg de hierro, a cultivos de células epiteliales humanas. Después de la incubación, los investigadores midieron la cantidad de ferritina que las células contenían, una proteína que almacena hierro.
Encontraron que a pesar de que los grillos tenían los niveles más altos de hierro, la absorción de hierro de los escarabajos, fue la mejor. Inclusive mejor que la carne de res. Algo que sorprendió bastante a los investigadores, ya que esperaban que los insectos tendrían un mejor desempeño que el hierro de origen vegetal, pero nunca al mismo nivel que la carne roja.
Todo esto fue realizado en un laboratorio, ahora el siguiente paso es comprobarlo en humanos. Si los resultados son igual de positivos, son excelentes noticias para la salud y el medio ambiente del mundo. Aunque no tanto para las personas que tienen repulsión a la idea de comer insectos.
Vía | Scientific American
Imágenes | rainy city | David Boté Estrada | William Neuheisel |
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