Seguramente has escuchado sobre los famosos bochornos que sufren algunas mujeres menopaúsicas; esa sensación repentina de calor que puede ocasionar enrojecimiento y sudor excesivo. Aunque muchas veces se dice que es el síntoma definitivo de la menopausia, la realidad es que el tiempo y la duración de los bochornos varían considerablemente entre una mujer y otra.
De acuerdo a sus síntomas, los expertos dividen a las mujeres en cuatro. Primero se encuentran las de “inicio temprano”, es decir las que sufren bochornos mucho antes de la menopausia. Los síntomas pueden comenzar de cinco a 10 años antes del último periodo de la mujer, y por lo general los síntomas se terminan junto con el último ciclo menstrual.
Después están las mujeres que experimentan los bochornos hasta después de su último periodo menstrual. Otras mujeres, las afortunadas, nunca experimentan un solo bochorno, en algunos casos pueden presentar breves episodios cerca de la transición a la menopausia.
En el último grupo están las que sufren de muchísimos bochornos. Las mujeres que pertenecen a este grupo por lo general empiezan a sentir bochornos desde una edad muy temprana, parecido al primer grupo de mujeres, pero la diferencia es que sus síntomas continúan hasta muy pasada la menopausia. De hecho sus síntomas pueden durar 15 años o más. Las mujeres se distribuyen por igual entre los grupos, lo que significa que un 75 por ciento de las mujeres experimentan algún grado de bochorno, mientras que sólo el 25 por ciento no presenta este síntoma.
Toda esta información se obtuvo del estudio SWAN, realizado en Estados Unidos. Durante 22 años se le dio un seguimiento a la salud física, biológica y psicológica de 3,302 mujeres con diferentes perfiles raciales y étnicos, en siete centros de investigación distribuidos por todo el país. Entender las diferencias entre los bochornos puede ser importante para los diferentes tratamientos de salud en las mujeres de mediana edad.
De acuerdo a los resultados del estudio, las mujeres en el grupo de “inicio temprano” tenían más probabilidades de ser blancas y obesas. Las mujeres en el grupo de inicio tardío tendieron a ser fumadoras. Las pocas mujeres que no presentaron bochornos, o sólo unos pocos, fueron más a menudo mujeres asiáticas y mujeres con un mejor estado de salud. Las mujeres que presentaron bochornos intensos tenían más probabilidades de ser afroamericanas. Las mujeres con bochornos intensos y frecuentes tendían a tener un peor estado de salud o un consumo regular de alcohol.
Los investigadores advirtieron que aunque se identificaron algunas tendencias estadísticas en cada grupo, es importante tener en cuenta que cada subconjunto de tipos de bochornos incluye mujeres de todas las razas, etnias, pesos corporales y categorías de salud. Por ejemplo, las mujeres afroamericanas fueron tres veces más propensas a estar en el grupo de bochornos intensos, representando sólo el 40 por ciento de ese grupo. El restante 60 por ciento fueron mujeres blancas, algunas mujeres asiáticas y de otros grupos.
En un estudio publicado en el 2012 en la revista científica Obstetrics and Gynecology, se encontró que la presencia de bochornos frecuentes estaba asociado con marcadores altos de colesterol, particularmente en las mujeres delgadas, convirtiendo a los bochornos en un indicador de la salud cardiovascular de la mujer.
Hace algunos años la recomendación para reducir los síntomas de los bochornos era la terapia hormonal, sin embargo se ha visto que puede estar asociada a varios riesgos a la salud. Se ha visto que algunos antidepresivos ayudan a reducir los síntomas de los bochornos.
La recomendación es realizar algunos ajustes al estilo de vida para reducir los síntomas de los bochornos como vestirse de forma ligera, evitar consumir alimentos muy calientes y/o picantes, evitar las bebidas con cafeína y las bebidas alcohólicas, relajarse, no fumar y bajar de peso.
Vía | NY Times
Imágenes | Matthew Kenwrick | Juanan Ruiz | snickclunk |
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