Actualmente el sobrepeso y la obesidad son un problema en casi todos los rincones del mundo, tanto en países pobres como en países ricos. Según un estudio reciente, financiado por la Fundación Bill y Melinda Gates, se estima que la obesidad mata a más personas que los accidentes automovilísticos, ataques terroristas y el Alzheimer en conjunto. El principal problema son las enfermedades crónicas asociadas con la obesidad como las enfermedades cardiovasculares, renales, diabetes mellitus, varios tipos de cáncer.
Después de analizar los datos de 68.5 millones de personas en 195 países, entre 1980 y 2015, los investigadores encontraron que hoy en día más del 10 por ciento de la población global es obesa, eso es 107 millones de niños y 603 millones de adultos. Egipto es el país con más adultos obsesos, 35 por ciento, mientras que las tasas más bajas se encontraron en Bangladesh y Vietnam, el 1 por ciento. Uno de los objetivos del estudio es que el mundo conozca el por qué y algunas soluciones para hacer frente a la epidemia global de obesidad.
Estos datos corresponden con los resultados de otros estudios que demuestran que actualmente la obesidad es algo preocupante. En el Reporte de Obesidad 2017 de los países de la OCDE, el país con más personas obesas es Estados Unidos con el 38.2 por ciento de su población, seguido de México (32.4 por ciento). El tercer lugar lo ocupa Nueva Zelanda con el 30.7 por ciento, y el cuarto lugar es para Hungría donde el 30 por ciento de la población es obesa. En este punto es importante destacar que México ocupa el primer lugar en personas obesas y con sobrepeso.
Los investigadores no creen que la falta de actividad física sea una de las razones de la obesidad, si no los cambios en el entorno alimentario de las ciudades. La gran popularidad, accesibilidad y comercialización de refrescos y comida rápida, con productos llenos de calorías y pocos nutrientes, que irónicamente es más barata y más accesible que las frutas y verduras.
El aumento en el tamaño de las porciones también es algo que se debe considerar, no hay duda de que estamos consumiendo más calorías por personas. Además ahora es más común comer fuera de casa que hace 40 años. Y aunque el ejercicio es bueno para nuestra salud, no debemos de olvidar que cuando se trata de luchar contra la obesidad, la comida sigue siendo en lo que nos debemos de enfocar.
Algo preocupante es que la tasa de obesidad infantil ha aumentado bastante rápido en muchos países. Esto significa que muchos niños presentan muchas más probabilidades de sufrir complicaciones médicas a una edad temprana y sobre todo una mayor propensión a una muerte prematura. Tristemente el bienestar de estos niños depende del país donde viven. En los países del primer mundo, los avances médicos han ayudado a que las personas obesas tengan un mejor pronóstico en condiciones crónicas, pero muchas de estas tecnologías y medicamentos no están ampliamente disponibles en países en desarrollo.
Algunos países, ante la ola de gastos en salud pública por enfermedades crónicas relacionadas con la obesidad, han puesto en marcha políticas para reducir los niveles de sobrepeso y obesidad en su población. Los ejemplos más comunes son los impuestos a bebidas azucaradas, restricciones en los anuncios de alimentos poco saludables hacia los niños, así como mejoras en las comidas escolares.
Por primera vez en la historia, más personas mueren por comer demasiados alimentos chatarra que los que mueren por desnutrición. La pregunta que muchos se hacen: ¿Qué se necesita para que el mundo se dé cuenta que esto es una epidemia global con resultados poco alentadores?
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