La mayoría de la gente piensa que los alimentos saludables deben ser más caros, y por lo tanto, los alimentos más caros son más saludables. Las consecuencias de este pensamiento son que las compañías pueden cobrar más por los productos que se catalogan como saludables, y que los consumidores creen que un producto no es saludable si es barato.
En [un estudio](un estudio) compuesto de cinco partes, se investigó las percepciones de las personas en relación con el precio de los alimentos. En uno de los estudios, los participantes recibieron información sobre un nuevo producto llamado "pedazos de granola", al que se le dio un calificación saludable de 9 o de 7. Después se les preguntó qué tan caro sería el producto. Los participantes a quienes se les dijo que la calificación saludable era un 9, pensaron que los pedazos de granola eran más caros que a los que les dijeron que la calificación era un 7.
En el segundo experimento, los investigadores encontraron que la creencia saludable = costoso funciona en ambas direcciones. Los participantes calificaron una galleta que les dijeron era más costosa como una galleta saludable, en comparación con una galleta idéntica que costaba menos. La siguiente pregunta de los investigadores fue ¿esta creencia puede influir en cómo actúa la gente?
Así que en el siguiente experimento, a un grupo diferente de personas se les pidió que imaginaran que un compañero de trabajo les había pedido que pidieran el almuerzo para ellos. A la mitad de la gente se le dijo que el compañero de trabajo quería un almuerzo saludable, mientras que a los demás no se les dieron instrucciones específicas. En una computadora, se les dio la opción de escoger entre dos diferentes wraps de pollo para su compañero de trabajo. Uno llevaba el nombre de Wrap Bálsamico de Pollo y el otro Wrap de Pollo Rostizado. Cada uno contaba con la lista de ingredientes.
Para algunos participantes el Wrap Balsámico de pollo fue catalogado como más caro, y para otros el Wrap de pollo rostizado costaba más. Los resultados mostraron que cuando se les pidió a los participantes que escogieran la opción más saludable, fueron mucho más propensos a elegir el Wrap de pollo más caro, independientemente de cuál era. Comprobando que la gente no sólo cree que lo saludable es más caro, sino que toman decisiones basadas en esa creencia sin leer la lista de ingredientes.
En otro experimento, se les dijo a los participantes que imaginaran que estaban en un supermercado para comprar una mezcla de granola. Se les presentaron cuatro opciones, todas con un precio diferente. Una de las opciones se llamaba “La mezcla de la visión perfecta”, a algunos participantes se les presento con la leyenda “Rica en vitamina A para la salud ocular”, y a otros con la leyenda "Rica en DHA para la salud ocular". Tanto la vitamina A como el DHA (ácido docosahexaenoico) son nutrientes buenos para la salud ocular, sin embargo los investigadores habían determinado que pocas personas están familiarizadas con el DHA.
A algunos participantes se les dio la mezcla de granola con un precio medio, mientras que a otros se les dio con un precio superior, de hecho era el precio más alto de las cuatro mezclas. Se les pregunto a los participantes acerca de su percepción del ingrediente clave en la mezcla de granola, ya sea la vitamina A o DHA. Cuando el ingrediente fue la vitamina A, la gente pensó que era importante en una dieta saludable, independientemente del precio. Pero cuando el ingrediente fue DHA, los participantes pensaron que era mucho más importante en una dieta saludable si se encontraba en la granola con el precio alto que cuando estaba en la granola con el precio promedio.
La gente está familiarizada con la vitamina A, y sienten que pueden juzgar su valor sin necesidad de fijarse en el precio. Pero la mayoría de la gente no sabe mucho sobre el DHA, por lo que recurren a la teoría de que lo caro debe ser más saludable. Algo sorprendente es que cuando se les dijo a los participantes que el DHA ayudaba a prevenir la degeneración macular, la gente pensó que este era un problema de salud más importante cuando la mezcla de granola con DHA era más cara. Cuando la granola con DHA tenía un precio medio, estaban menos preocupados por la degeneración macular.
En el último estudio, se les pidió a los participantes que evaluaran un nuevo producto cuyo lema era “La barra de proteína más saludable del planeta". Se les dijo que esta barra competiría contra otros productos que tenían un precio promedio de $2 dólares. A algunos participantes se les dijo que esta nueva barra costaría $0.99, mientras que a otros se les dijo que costaría $4. A todos se les dio la oportunidad de leer las críticas de la barra antes de dar su opinión.
Los resultados mostraron que los participantes leyeron mucho más comentarios cuando se les dijo que el precio de la barra era de sólo $0.99, que cuando el precio era de $4. La gente simplemente no podía creer que la barra de proteína más saludable del planeta costaría menos que una barra promedio. En ese caso tuvieron que leer más para convencerse de que era cierto. El otro grupo estuvo mucho más dispuesto a aceptar que la barra más saludable costaría el doble que la promedio.
Los resultados de esta investigación demuestran que como consumidores tenemos que ser conscientes del sesgo que tenemos de que saludable equivale a caro. Como lo hemos dicho un millón de veces, lo más importante es leer las etiquetas nutricionales. Y que nos quede claro que saludable no siempre equivale a gastar más dinero.
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