En un reciente estudio elaborado por el Beckman Institute for Advanced Science and Technology en la Universidad de Illinois encontró que la fructosa aumenta la grasa corporal y provoca inactividad física.
Acorde al estudio, el consumo de fructosa a aumentado en los últimos 40 años por la incorporación a la dieta del jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF), presente en productos industrializados como bebidas azucaradas y bollería. Es Estados Unidos, los consumidores habituales del JMAF son los adolecentes cuyo consumo se estima entre un 15 y 23 % del consumo calórico total, lo cual es cuatro veces mayor al consumo recomendado por la Asociación Americana del Corazón.
La relación entre el aumento del consumo de azúcar, particularmente de fructosa, y el aumento epidémico de obesidad, han sido temas de debate sin conclusiones claras. La realidad es que las personas no solo están consumiendo mas fructosa en sus dietas, sino mas calorías en general.
Una de las principales cuestiones que se plantean es si el incremento en la ingesta de fructosa contribuye a la obesidad en ausencia de una excesiva ingesta calórica.
Los investigadores liderados por un profesor de psicología, estudiaron dos grupos de ratones por dos meses y medio. a un grupo se le alimento con un 18 % de las calorías totales provenientes de fructosa, simulando la ingesta de los adolescentes en EEUU. y el otro grupo fue alimentado con 18 % de glucosa.
Ambos grupos tuvieron las mismas cantidades de calorías, con la diferencia del tipo de azúcar simple, glucosa o fructosa. Los resultados mostraron que los ratones alimentados con fructosa aumentaron significativamente de peso, masa del hígado y masa grasa en comparación con los ratones alimentados con glucosa.
Cabe destacar que el grupo de fructosa, no solo aumentaron de peso si no que también se mostraron menos activos. los investigadores relacionaron la inactividad por el evidente aumento de peso corporal.
Bioquímicamente hablando, el consumo excesivo de fructosa ocasiona el incremento de tejido adiposo tanto en los adipocitos como en el hígado.
Como conclusión, los investigadores pudieron asociar la gran ingesta de fructosa con el aumento de peso por masa grasa y como afecta la actividad física. Debido al incremento dramático de obesidad entre la población joven y los negativos efectos que esto puede tener a la salud en un corto y largo plazo, es de suma importancia considerar de donde están proviniendo las calorías que ingerimos cada día.
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