La conexión entre las madres y sus hijos es más grande de lo que se piensa

La conexión entre las madres y sus hijos es más grande de lo que se piensa
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Se sabe que entre la madre y sus hijos, existen lazos psicológicos y físicos profundos, que empiezan durante la gestación cuando la madre es todo para el feto en desarrollo, desde el suministro de calor hasta su sustento y medio de alimentación. Pero varios estudios sugieren que existe una conexión física todavía más fuerte.

La placenta es la conexión física entre la madre y el feto. Se trata de un órgano construido por células del feto, que sirve para el intercambio de nutrientes, gases y desechos. Se ha visto que las células pueden migrar a través de la placenta entre la madre y el feto, y estás se pueden situar en muchos órganos del cuerpo, incluyendo los pulmones, la tiroides, los músculos, el hígado, el corazón, los riñones y la piel. Estas células pueden tener efectos positivos y negativos, como la reparación de tejidos y la prevención del cáncer, hasta ser las causantes de provocar trastornos inmunológicos.

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Este fenómeno se conoce como microquimerismo fetal, y se define como la presencia de células genéticamente distintas dentro de un organismo. Esto se observó por primera vez en seres humanos hace muchos años cuando se encontraron células con el cromosoma masculino "Y", circulando en la sangre de las mujeres después de un embarazo. Debido a que estas células son genéticamente masculinas, no podrían haber pertenecido a las mujeres, lo más probable es que fueron obtenidas a través de sus bebés durante la gestación.

ADN

Estamos acostumbrados a pensar en nosotros mismos como individuos autónomos únicos, pero en un estudio se encontraron células masculinas en el cerebro de las mujeres. En el estudio se evaluó la adquisición de ADN masculino por una mujer, al haber tenido un feto masculino. Se hicieron pruebas cerebrales durante la autopsia de 59 mujeres, y se encontró que el 63% de las mujeres, dieron positivo a un microquimerismo masculino en su cerebro. Los resultados también sugieren una prevalencia más baja, y una menor concentración de microquimerismo masculina, en los cerebros de las mujeres con Alzheimer.

El tipo de microquimerismo más común se da a partir del intercambio de células a través de la placenta durante el embarazo, sin embargo, también hay evidencia de que las células pueden ser transferidas de la madre al bebé durante la lactancia. Se cree que también es posible que exista un intercambio celular entre los gemelos, mientras se encuentran en el útero. También existe la posibilidad de que las células de un hermano mayor, que quedaron en la madre, se transfieren a través de la placenta a un hermano menor durante la gestación de este último.

Tejido de una Placenta

Hoy en día no se sabe con exactitud la función de las células del microquimerismo fetal. Sin embargo existen algunas posibilidades interesantes. Las células del microquimerismo fetal son similares a las células madre en que son capaces de transformarse en una gran variedad de tejidos diferentes, así como ayudar en la reparación de tejidos.

En otro estudio se observó la actividad de las células del microquimerismo fetal, en una rata mamá con un corazón lesionado. Los científicos descubrieron que las células fetales migraron hacia el corazón de la madre y se diferenciaron en células cardíacas, ayudando en la reparación del daño. En otro estudio con ratas, se encontró una mayor concentración de células fetales en el cerebro de las madres, después de sufrir una lesión cerebral. Aunque falta más investigación, es posible que suceda lo mismo con las células humanas.

Vinculo madre e hijo

Y los estudios siguen brindado información fascinante. Las células fetales del microquimerismo durante un embarazo, son reconocidas por el sistema inmune de la madre como perteneciente a la madre en una pequeña porción, ya que el feto es genéticamente idéntico a la mitad de la madre, y la otra porción la detecta como foránea, ya que pertenece a la contribución genética del padre. Esto puede preparar al sistema inmunológico de la madre a que este alerta ante células similares a uno mismo, pero con algunas diferencias genéticas. Este tipo de células son las células cancerosas que surgen debido a mutaciones genéticas. Un estudio sugiere que las células fetales podrían estimular el sistema inmunológico para detener el crecimiento de tumores. Se han encontrado más células del microquimerismo en la sangre de mujeres sanas en comparación con aquellas que padecen cáncer de mama.

Sin duda este campo está lleno de futuras investigaciones y posibles aplicaciones médicas. Muchas veces escuchamos comentarios pesimistas sobre los efectos negativos en el cuerpo de las mujeres después de un embarazo, pero este tipo de investigaciones son posiblemente de lo más positivo que he escuchado: las células de los hijos que quedan en el cuerpo de la madre, pueden ayudar a curarla.

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