Consumir un producto con la leyenda “Bajo en grasa” ocasiona que comamos hasta un 50 por ciento más comparado con los productos que no llevan esa etiqueta. En un estudio se comprobó que los participantes consumieron 28 por ciento más caramelos cuando el empaque tenía la frase “bajo en grasa” comparada con el producto regular.
Descubrieron que las personas con sobrepesos son las que tienden a comer más este tipo de productos y las que más subestiman el número de calorías que en realidad están consumiendo. Después de este descubrimiento los investigadores decidieron investigar la razón por la que actuamos así ante una simple frase impresa.
Encontraron tres razones principales. Una es que al ver la frase impresa en el producto, la mayoría de las personas asume que contiene menor número de calorías. La etiqueta “bajo en grasa” ocasiona que aumentemos la percepción del tamaño de una porción y esa simple frase, hace que las personas se sientan menos culpables de lo que están comiendo.
Los participantes en el estudio asumieron que unas M&M’s “bajas en grasa” contenían un 20 por ciento menos de calorías que la versión normal y que la granola etiquetada como “baja en grasa” contenía 25 por ciento menos calorías. Aumentar el tamaño de la porción se veía como algo justificable en todos los productos bajos en grasa.
Tips para no caer en la trampa de los alimentos “bajos en grasa”:
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Siempre lee las etiquetas nutricionales. Sobre todo el contenido de calorías. La versión baja en grasa de algunos productos puede tener 59 por ciento menor contenido de grasa que la versión regular, pero al hablar de calorías solamente se reducen en un 15 por ciento.
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Pon atención en las porciones. Es mejor separar el tamaño de una porción que consumir directamente del paquete.
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Si sabes que puedes caer en la trampa de comer más porque es bajo en grasa, mejor compra la versión regular y restríngete a la porción adecuada.
Imágenes | kawanet | HealthGauge |
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