Comer de manera saludable y equilibrada es una recomendación que todos recibimos más de una vez en la vida; generalmente llega a nosotros cuando alcanzamos la edad adulta o bien, cuando hay enfermedades que requieren un especial cuidado de nuestro estilo de vida.
Dependiendo de las costumbres de nuestras familias, el mismo consejo nos llega desde edad temprana, pero esto en México no siempre es así. Por ello es que llama nuestra atención la forma en la que otras culturas, como la japonesa, aborda este tema, incentivando a sus niños a elegir alimentos sanos desde las edades más tempranas.
Aprender a alimentarse correctamente como parte vital de la educación
En Japón, los almuerzos servidos en los colegios se elaboran tomando como base el shokuiku, término que significa educación de comida y alimentos, y que a diferencia de otras culturas, es parte vital de la educación de los niños.
Desde la educación primaria, los niños comienzan a entender que los alimentos que ingerimos tiene especial importancia en cómo pensamos y en cómo nos sentimos durante el día, así como el impacto en nuestra vida.
Así, los desayunos escolares son una prioridad para el país, de tal modo que si los padres no pueden pagar por el costo de éstos, existen alternativas gratuitas o de costos menores para lograr que los niños siempre tengan alimento en sus platos. La importancia que se le da es tal, que la hora del almuerzo es prácticamente sagrada: los niños pueden comer a su ritmo, en plena tranquilidad, sin ser apurados por a comer de prisa o a cumplir un horario.
Se utilizan ingredientes naturales, sin conservadores
Es importante señalar, que en las escuelas japonesas el almuerzo consiste en una comida normal, con ingredientes cosechados en los cultivos locales y en los que pocas veces se usa algún ingrediente congelado. Así, no hay ningún misterio detrás de su comida, de tal modo que incluso los padres llegan a pedir las recetas de los platillos que se les ha servido a sus hijos puesto que es frecuente que los pequeños les pidan recrear lo que comieron en la escuela.
La idea detrás de estos desayunos escolares es simple: que la comida que los niños llevan a su estómago sea similar a la que comen en su casa, por lo que comúnmente se elaboran desde cero, son equilibradas, saludables y ricas en los ingredientes base de su cocina: arroz, vegetales, pescado y sopas.
De esta manera, no se ve en los menús algo como opciones bajas en grasas, puesto que todos los alimentos son preparados de esta manera. Por postre, por ejemplo, se ofrece fruta y yogur, mientras que las comidas fritas solo son ocasionales y su consumo es completamente moderado.
La comida como momento de socialización
Los japoneses aún van más allá en el tema de la educación nutricional de sus hijos, pues la hora de la comida se convierte en una tarea comunitaria, en la que tanto niños de educación básica como media, sirven la comida a sus compañeros de clase. Todos reciben platos idénticos, y a excepción de quienes tienen restricciones alimenticias, ninguno puede llevar su propia comida a la escuela.
A los niños japoneses se les enseña a comer lo que les he servido, lo que significa que fácilmente aceptan sus alimentos y pocas veces hay protesta sobre los platillos que hay en la mesa. Para el caso de los niños que son quisquillosos o que tienen hábitos poco saludables o transtornos alimenticios, las escuelas cuentan con nutricionistas que trabajan con ellos.
Todas estas medidas han dejado durante generaciones grandes resultados para el país, donde los índices de obesidad infantil siguen siendo los más bajos en todo el mundo, siendo su esperanza de vida la de 83 años, una de las más grandes existentes.
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