Hace dos semanas, mientras estaba viajando, me encontré con un refrigerador lleno de botellas oscuras que contenían una bebida conocida como kombucha. Me llamo la atención que existieran tantas marcas, y que hubiera una gran combinación de ingrediente. Decidí probar por primera vez esta bebida.
Escogí una de sabor lavanda y sandía, y después de probarla, admito que es un poco agria, tiene un ligero sabor a vinagre y aunque no está carbonatada, parece que tiene gas. La botella decía que contenía probióticos vivos, y debido a que vi tantas variedades, decidí investigar un poco más de esta curiosa bebida. A continuación podrás encontrar lo que encontré.
¿Qué es la kombucha?
La kombucha es una bebida fermentada hecha a partir de té, azúcar, bacterias y levaduras. Primero se prepara un té con azúcar, al que a veces se le añade jugo u otros saborizantes, y después se agrega una colonia de bacterias y levaduras, y se deja fermentar por 14 días. En la superficie se forma una capa, parecida a un hongo, que se retira para obtener la kombucha. La bebida final contiene vinagre, vitaminas del complejo B y es rica en probióticos.
Tiene un sabor agridulce y una consistencia efervescente. A veces se pueden ver pequeños restos de la mezcla de bacterias flotando. Puede contener alcohol que resulta del proceso de fermentación.
El origen de la Kombucha
Su origen se remonta a China, posiblemente durante la dinastía Tsin alrededor del 212 AC. En esa época, el té de kombucha se conocía como el “té de la inmortalidad”. Con la expansión de las rutas comerciales, el consumo de este té se extendió a la India y a Rusia. Con el tiempo se convirtió en un té muy popular en Asia y en Europa, hasta la segunda guerra mundial, donde el té y el azúcar se volvieron escasos.
Existen reportes históricos de diferentes países, donde se hace referencia al té de kombucha. Por ejemplo: hongo de Rusia, esponja japonesa, Tsche divino, el vino de Mongolia, el vino de la India, entre muchos otros.
Beneficios de la Kombucha
Como muchas veces pasa con estos alimentos, existen personas que se vuelven fanáticas de ellos y les adjudican un montón de beneficios. Encontré que algunas personas han dicho que tomar kombucha les ha ayudado a disolver cálculos biliares, revertir los signos del envejecimiento, disminuir el colesterol y la presión arterial, entre muchos otros. Sin embargo, no hay evidencia científica que apoye estas afirmaciones de salud.
Aunque los beneficios del té de Kombucha se basan principalmente en evidencias anecdóticas y algunos estudios con animales, lo que sí se sabe es que este té contiene una buena cantidad de probióticos que, como ya sabemos ayudan en la digestión y a evitar la hinchazón. En un estudio se encontró que la kombucha podría funcionar para detener el crecimiento de la E. coli y de algunas bacterias estafilococos.
También contiene una buena cantidad de vitaminas del complejo B, y algunas personas dicen que puede incluso ayudar a mejorar la claridad mental y estabilizar los estados de ánimo, debido a la relación cerebro-intestino.
El lado malo de la kombucha
Han existido reportes de efectos adversos, como malestar estomacal, infecciones y reacciones alérgicas, en algunas personas que toman kombucha. El problema es que muchas veces la kombucha se elabora en casas y lugares que no cumplen con los requisitos sanitarios adecuados, por lo que la contaminación es muy probable.
No creo que podamos catalogar a la kombucha como una poción mágica, pero si podemos decir que, si la consumimos en moderación, puede resultar en una bebida saludable. Si vas a tomar kombucha, te recomiendo que te asegures que estuvo fabricada en un ambiente limpio y bajo estrictas normas de higiene. Si estas embarazada o tienes un sistema inmune comprometido, se recomienda que solamente consumas kombucha pasteurizada.
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