Las personas se convierten en vegetarianas por distintas razones, entre ellas está el desarrollo sustentable, cuestiones filosóficas y creencias, amor hacia los animales, sabores preferidos y sobretodo la salud. Escoger una dieta vegetariana es una opción individual y representa un cambio significativo en los hábitos de alimentación. Veamos una pequeña guía para ser vegetariano.
Cualquiera que busque cambiar de forma brusca su alimentación debe documentarse previamente para evitar caer en charlatanerías y llevar un plan inadecuado. Existen diversas manera de pasar gradualmente a una dieta de tipo vegetariana:
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Puede convertirse en vegetariano parcial consumiendo menos cantidad de carnes rojas. Por empleo, preparar comidas sin carne eliminando embutidos en el desayuno, introduciendo ensaladas en la comida y eligiendo carne de pollo. De esta manera reducirás las comidas con carne diariamente.
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Puedes convertirte en semivegetariano, sustituyendo las carnes rojas por carnes blancas las cuales tienen menor contenido en grasa. También puedes incluir pescados, atún y sardinas como principal fuente de alimentos de origen animal.
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Ser ovolactovegetariano: es decir consumir huevo y lácteos. Ambas son excelentes fuentes de proteínas completas que puedes combinarse con vegetales. Por ejemplo un omelette de claras de huevo con espinacas y queso rallado o un smoothie verde con yogurt natural
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Vegetariano estricto: usa las opciones anteriores para que poco a poco reduzcas los alimentos de origen animal, y al mismo tiempo aprendas a seleccionar y preparar los alimentos vegetales que te permitan obtener las proteínas y nutrientes esenciales adecuados.
Las siguientes sugerencias, por sus sencillez te ayudarán a incluir más frutas, verduras y cereales integrales a tu dieta:
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Compra únicamente productos en los que el trigo integral sea el primer elemento de la lista de ingredientes de la etiqueta.
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Ten siempre una variedad de frutas para comer en colaciones, por ejemplo: plátanos, uvas, manzanas y naranjas.
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Ten siempre un recipiente con verduras en el refrigerador para ir consumiendo como colación, incluye apio, zanahoria, rábano y pepino.
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Puedes hacer uso de verduras congeladas para ahorrar tiempo y poder cocinar rápidamente en días muy ocupados.
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Añade verduras como cebollas, jitomate, lechugas , espinacas y pimientos a tus sándwiches.
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Compra verduras frescas y colócalas en recipientes para tener disponibles raciones para toda la semana. Esta es una excelente opción para que aprendas el arte de preparar ensaladas.
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Añade leguminosas como garbanzos o lentejas a sopas y verduras para aumentar su valor nutritivo.
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El horno de microondas es muy útil para cocer verduras al vapor.
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En librerías hay una amplia oferta en libros de cocina vegetariana con variedad de recetas muy apetecibles que ayudan a crear un balance proteico con vegetales y hacen de la cocina vegetariana una auténtica delicia.
Si decides empezar una dieta vegetariana, elige el tipo con el que crees que te adaptarás mejor. En mi opinión, la dieta ovolactovegetariana es fácil de seguir, cubres con los requerimientos nutricionales diarios, puedes preparar gran variedad de platillos y se adapta a los patrones culturales de nuestra sociedad. En muchos restaurantes, incluyen en su menú opciones sin carne, la comida mexicana utiliza una gran variedad de verduras y leguminosas, e incluso en fiestas se puede organizar un buffet de platillos a base de vegetales, huevo y queso.
Para concluir, no hay nada mágico en una dieta vegetariana que vaya a aumentar tu rendimiento físico. Resulta una manera saludable de obtener los nutrientes que tu cuerpo necesita, sin embargo puedes conseguirlo mediante una dieta bien equilibrada incluyendo productos de origen animal.
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