Hace unos días leí en las noticias que científicos de la UNAM han comprobado las propiedades beneficias del azúcar del agave en la estimulación del crecimiento de la flora intestinal en los humanos.
Para entender mejor, primero tenemos que comprender la diferencia entre probiótico y prebiótico. Un probiótico es un microorganismo que aporta un beneficio directo o indirecto en el mantenimiento de la microbiota, en cambio un prebiótico es un compuesto que sirve para nutrir a la microbiota, generalmente son azúcares.
Las inulinas, son los azúcares presentes en el agave y son los responsables de aportar fibra soluble y también son las encargadas de nutrir a las bacterias benéficas de la microbiota intestinal, por eso se consideran prebióticos.
La mayoría de los prebióticos se forman a partir de proteínas encontradas de forma natural en las plantas o en los microorganismos durante el proceso de fermentación. El doctor Agustín López Munguía Canales, estudia las enzimas que modifican las inulinas de los agaves, para entender el comportamiento de este tipo de fructuosa. Entre las sustancias que estudia se encuentran las agavinas, levanas y las inulinas microbianas.
Vía | am
Imagen | amantedar
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