Se conoce como dislipidemia al conjunto de enfermedades asintomáticas, que tienen en común concentraciones anormales de grasa (lípidos) en la sangre. Se clasifican en hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia y dislipemia mixta, y son factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, las cuales están dentro de las cuatro primeras causas de mortalidad en México. El 85.9% de los pacientes con niveles de colesterol alto desconoce que tiene hipercolesterolemia.
Sabemos que en los últimos años, México se ha convertido en un país con un alto índice en el número de casos de sobrepeso y obesidad, factores que contribuyen directamente a las dislipidemias. En nuestro país, el 71.3% de los adultos tiene sobrepeso u obesidad, con una prevalencia ligeramente más elevada en las mujeres. Datos de la Encuesta Nacional de Salud del 2000, arrojan que la obesidad se asocia de forma importante con la hipertrigliceridemia, seguida de la hipercolesterolemia.
La probabilidad de tener niveles altos de colesterol dañino (LDL), niveles bajos de colesterol saludable (HDL), y triglicéridos elevados, es cuatro veces mayor en adultos con obesidad que aquellos con presentan un peso normal.
En un estudio comparativo de siete ciudades latinoamericanas, la ciudad de México, fue la que tuvo los valores promedio más elevados de triglicéridos en sangre. Mientras que en países desarrollados se ha observado una tendencia a la disminución de la prevalencia de estas dislipidemias, en México ocurre lo contrario, y los niveles de colesterol tienden a aumentar a nivel poblacional.
Desde 1988, la hipercolesterolemia se considera como un problema de salud entre la población mexicana. Entre las posibles causas se encuentra el aumento en el consumo de grasas, junto con el consumo de bebidas altas en calorías y alimentos ricos en harinas refinadas, diabetes, hipotiroidismo y defectos hereditarios. Por eso la solución contra el crecimiento de las dislipidemias, el sobrepeso y la obesidad en México, es la modificación de la alimentación. Lo ideal es considerar una dieta baja en sal, grasas saturadas, alimentos procesados y azúcar refinada, además de aumentar la actividad física cotidiana.
Y esto no es sólo un problema de adultos, en la actualidad, se han detectado cifras elevadas de colesterol y triglicéridos en la sangre de muchos niños mexicanos. Al igual que en los adultos, la causa principal es el consumo excesivo de alimentos procesados con alto contenido de azúcar o grasa, cambios en los patrones de dieta y el abuso de alimentos ricos en grasa animal. Así como la reducción en la actividad física. Obviamente los niños y adolescentes con niveles de colesterol elevado, tienen mayor probabilidad de tener niveles elevados en la etapa adulta.
Se estima que si no se toman medidas preventivas, o se controla el número de personas obesas, así como las consecuencias de la obesidad como hipertensión, diabetes mellitus tipo 2, enfermedades cardiovasculares, cáncer de mama o colorrectal, entre otras, los costos directos podrían ascender a los 101 mil millones de pesos para el 2017 (un 101% más del estimado para el 2008), en tanto que los costos indirectos se podrían incrementar de 25 mil a 73 mil millones de pesos (un incremento del 292% en relación con el año 2008).
Lo más importante es promover una alimentación equilibrada, centrada en alimentos frescos y preparaciones tradicionales. Se debe orientar a la población a hacer** elecciones saludables** cuando consuman alimentos industrializados, en los cuales el contenido de azúcar, grasa, sodio y calorías, es bastante elevado.
Los estilos de vida actuales promueven la inactividad física, lo que debe de ser contrarrestada con actividades moderadas o vigorosas. De igual forma, es necesario promover estilos de vida que favorezcan la reducción del sedentarismo. Hemos hablado bastante de los efectos negativos de los refrescos en México, se estima que estos aportan más del 20% de la energía en niños y adultos. Debemos de continuar promoviendo la disminución de su consumo, así como la regulación en materia de publicidad e impuestos.
Imágenes | Sandra Cohen-Rose and Colin Rose | Mike Licht | Neeta Lind | Sandra Cohen-Rose and Colin |
Fuente | Landsteiner Scientific
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