Mucho se ha hablado del yoga y de sus numerosos beneficios para mejorar el bienestar de las personas sanas y ofrecer ayuda a las personas enfermas. Se considera que el yoga mejora funciones vitales a través de la manipulación de mecanismos de control en el sistema cardiovascular, respiratorio y metabólico. En esta ocasión me encontré con estudios científicos que comprueban que practicar yoga tiene grandes beneficios para nuestra salud.
Actualmente el yoga se considera un eslabón en la medicina integral, la cual se enfoca en un mantenimiento preventivo de la salud a través de la dieta, estilo de vida, manejo del estrés y el bienestar emocional. El yoga es una disciplina milenaria originaria de la India, que tiene diferentes ramas, pero la mayoría incluye un control de posturas (asanas) y la manipulación de la respiración (pranayama).
Empecemos con el yoga y la alimentación. En un estudio se comprobó que llevar a cabo una rutina regular de yoga ayuda a evitar subir de peso, esto por comer conscientemente, es decir darnos cuenta de las sensaciones físicas y emocionales asociadas con el comer. Una de las conclusiones del estudio es que esto es resultado de la conexión mente-cuerpo que se crea al practicar yoga; mantener posturas difíciles con una mente en calma y concentrándose en la respiración. Este tipo de ejercicios pueden hacer que las personas logren juzgar con mayor precisión sus motivaciones para comer.
Un estudio noruego encontró que seguir un régimen de yoga integral aumenta la inmunidad. Esto se logra al generar cambios a nivel molecular, específicamente en la expresión de los genes de las células encargadas de la inmunidad. Al parecer el efecto es inmediato y se inicia durante la práctica, funcionando como base para los efectos a largo plazo.
Otro estudio demuestra que el yoga funciona muy bien para el manejo de la migraña. En los resultados obtenidos, se comprobó que el grupo que practicó yoga durante tres meses, tuvo una disminución en la frecuencia de los dolores de cabeza, la severidad de la migraña, el nivel de dolor asociado con la migraña y el consumo de medicamentos.
Por último, en otro estudio evalúan la práctica del yoga con la calidad del sueño. Se encontró que después de ocho semanas de practicar yoga diariamente se mejora considerablemente la calidad del sueño en personas que sufren insomnio. Se evaluaron aspectos como el tiempo total de sueño, el tiempo que se tarda en conciliar el sueño, el número de veces que se despertaron y la calidad del sueño.
Como puedes ver practicar yoga tiene bastantes beneficios para el bienestar de nuestro cuerpo. Al parecer la clave, y algo que tienen en común todos estos estudios, es la conexión mente-cuerpo, que se logra a través del mantenimiento de posturas complicadas, junto con una respiración controlada y en armonía con la posición.
Imágenes | Andrew Kalat | tedeytan | RelaxingMusic
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