Estamos seguros que para esta altura de tu experiencia deportiva has escuchado hablar de las famosas contracturas, o quizá ya te has visto involucrado con una, ¿es así? Esta lesión es muy común en el deporte y se produce, básicamente, por la poca preparación del cuerpo antes de someterlo a una rutina de alto rendimiento.
Las contracturas llegan sin previo aviso y sin algún daño visible; y en el peor de los casos pueden dejarte fuera del deporte un par de semanas. Cosa que no deseamos. ¿Te gustaría saber qué son y cómo prevenirlas? ¡Hoy te lo explicamos!
¿Qué le pasa a tu músculo?
Como su nombre lo indica, el músculo o fibras sufren una contracción involuntaria que se ocasiona al realizar un esfuerzo. Este se produce por la acumulación de desechos metabólicos dentro de la fibra muscular al realizar un movimiento repentino o un sobresfuerzo físico, instantáneo o continuo, donde la irrigación de la sangre no alcanza para surtir cada arteriola(vaso sanguíneo de pequeña dimensión) por la falta de preparación para trabajar tan rápido.
Las contracturas son más comunes en las personas que tienen actividad deportiva y pueden manifestarse en el momento en que realizan el ejercicio o después; incluso al terminar una rutina de movimientos existe una fatiga excesiva de las fibras y se disminuida su capacidad de relajación.
¿Cómo prevenirlas?
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Realiza un buen calentamiento para preparar al músculo antes del esfuerzo. Necesitamos preparar los músculos y el sistema circulatorio para un entrenamiento intenso.
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Trabajo de flexibilidad en los músculos(estiramientos), esto ayudará a mejorar la distensión del músculo y facilitará su recuperación tras el entrenamiento.
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Ejercicios de estiramiento post entrenamiento.
¿Cómo tratar una contractura?
Te recomendamos acudir con un fisoterapeuta o médico. Aunque existe procedimientos para tratarla, sólo él puede determinar el tratamiento y tiempo de recuperación correctamente.
Los métodos más eficaces son:
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Masajes descontracturales: El masaje provocará un aumento del flujo sanguíneo, esto mejora la recuperación de tejidos y limpieza de metabolitos, además de propiciar una relajación del músculo reduciendo la tensión y por tanto el dolor. Estos masajes deben de darse por personal calificado, sino la contractura podría empeorar.
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Miorelajantes y antiinflamatorios: Existen algunos fármacos como ibuprofeno, acetaminofeno, paracetamol, diclofenaco, naproxeno, etc. que logran relajar la musculatura y reducir la contracción. Siempre deben de estar prescritos por tú médico.
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Calor local: Compresas calientes y bolsas de agua o hielos son muy útiles por brindar un efecto relajante y analgésico en la zona.
Estos métodos son posiblemente lo mejores y necesarios al haber sufrido la lesión. De cualquier forma, y si queremos evitar una contratactura, preparar el cuerpo correctamente son la fórmula perfecta para estar el 100%.
En Vitónica | Diferentes tipos de lesiones musculares Imagen | Samantha Evans Photograpy