Desde que nacemos el color está implicado en nuestras vidas, si es niño los regalos serán color azul y si es niña serán rosa. Probablemente la comida sea otro de los ejemplos más clásicos, color rojo pensamos inmediatamente en Coca-Cola y amarillo en McDonald’s. En las calles el rojo significa alto y el verde siga. La forma en la que entendemos al mundo tiene que ver mucho con los colores asociados a ciertas acciones, eventos y comportamientos.
A finales de 1970, Alexander Schauss empezó a estudiar los efectos de los colores en nuestro comportamiento. Empezando por él, encontró que ciertos tonos de rosa podían causar una pérdida de la fuerza muscular y una disminución del ritmo cardíaco. Con estos resultados convenció a los directores de una prisión en Tacoma, Washington, de pintar algunas de sus celdas de color rosa. De 153 sujetos varones analizados en el estudio, el 98.7 por ciento eran más débiles después de sólo 15 minutos de encierro en las celdas de color rosa.
No existe evidencia de que esto sea una respuesta animal innata hacia el color rosa; lo más probable es que se deba a asociaciones sociales. Cuando los hombres están expuestos al color rosa, se predisponen a pensar en los conceptos que asociamos actualmente con el color rosado, que la mayoría de las veces es debilidad. Esto no siempre fue así. En la década de 1940 fue cuando el rosa se convirtió en un color de niñas. En 1927, Time publicó los resultados de una encuesta realizada en tiendas departamentales preguntando: ¿Cuáles son los colores de ropa de acuerdo al género para niños y niñas?
Las diferencias de colores en los cerebros de los niños y niñas se aprenden, y es este tipo de condicionamiento social que nos lleva a internalizar los roles de género. A medida que envejecemos, esto no desaparece. Cuando un hombre que creció rodeado de azul, se encuentra en un ambiente rosa, siente que su identidad de género está amenazada, y su comportamiento se modifica por el color del medio ambiente, sea consciente o no.
El color rojo tiene connotaciones sexuales en casi todo el mundo. Las mujeres vestidas de rojo son más atractivas para los hombres que las mujeres vestidas de cualquier otro color. Además las flores relacionadas con el amor son las rosas rojas, y siempre asociamos un lápiz labial rojo con la atracción. Lo impresionante es que estos resultados son universales, colocando al color rojo como una pieza clave en la seducción humana.
Pero también es cierto que el rojo nos indica alerta, alto o error. En algunos contextos el rojo puede crear hostilidad, funcionando como una herramienta de dominación. Después de las Olimpiadas del 2004, un estudio demostró que en los deportes de combate, los atletas cuyo uniforme es color rojo ganan significativamente más que aquellos que usan otros colores.
El azul es un color calmante para los humanos. Las células de la retina que se excitan con la luz naranja y se calman con la luz azul, además de conectarse con nuestro ritmo circadiano, también se conectan con las áreas del cerebro que controlan el estado de ánimo. Esto explica en parte la depresión estacional, pero también hace sentido que asociemos los tonos azules con la calma y los rojos con energía.
Se ha comprobado que la exposición al color verde puede mejorar el rendimiento de una persona en las tareas creativas. La luz azul puede volvernos más alertas y permitir que tengamos un rendimiento cognitivo superior. En algunas estaciones de trenes japonesas, se han instalado luces azules para reducir la tasa de personas que saltan a las vías de los trenes para suicidarse. Lo que llama la atención es que ha funcionado.
Las ondas electromagnéticas cortas y largas causan diferentes efectos en nuestros sistemas funcionales más básicos. Pero también es cierto que la interpretación de los colores es algo bastante personal y esta influenciado por la sociedad en la que vivimos.
Vía | The Atlantic
Imágenes | Mikel Seijas Alonso | Sarah_Ackerman | Theodore Lee |
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